¿Sabéis que son esas moscas volantes (también se denominan miodesopsias) que flotan en el campo de visión y que, de pronto, desaparecen? Sigue leyendo, que os vais a enterar de todo.

Un día están y otro desaparecen estas moscas volantes. Puedes ver manchas, hilos o pequeñas telarañas que aparecen de pronto en tu campo de visión cuando mueves los ojos, pero desaparecen si intentas mirarlos fijamente.

Por lo general, las moscas volantes aparecen con los años a medida que el humor vítreo se vuelve más gelatinoso. Las fibras del vítreo están formadas por colágeno, vitamina E y ácido hialurónico. Con los años, estas fibras tienden a aglutinarse y pueden provocar pequeñas sombras en la retina. De la misma manera que vienen se van y puedes estar meses si verlas. Y volver a aparecer sin saber por qué ni cómo. ¡Ellas son así!

FOTO MIODESOPSIAS

Es muy común ver una mosca volante. Yo misma he tenido una durante años y no la veo desde hace tiempo. La primera vez que la vi me asusté e inmediatamente fui al oftalmólogo. Pensé que podía ser un desprendimiento de retina. Tras una concienzuda revisión, el especialista me tranquilizó y me explicó que las miodesopsias son bastante corrientes y que había hecho bien en acudir para valorar si era algo importante.

Si la vista de las moscas se repiten hay que volver al oftalmólogo para que se cerciore de que está todo normal. Si la mosca volante no se mueve, con más razón hay que ir al especialista por si fuera realmente algo más importante.

¿Cómo son esas moscas volantes?

Dependiendo de cómo se desprendan esas fibras de colágeno veremos manchas o hilillos. Estas manchitas pueden aparecer como motas oscuras o hilos transparentes, se mueven cuando mueven los ojos, pero salen del campo visual cuando intentas verlas. Desde la Clínica Mayo indican que “son más evidentes cuando miras un fondo liso e iluminado, como un cielo azul o una pared blanca”.

Como no son un fenómeno extraño ni grave, el cerebro se acostumbra a ellas y dejas de verlas (imagino que es lo que me ha pasado a mí). Es posible también que esa mosca se vaya depositando e la parte más inferior del ojo y dejemos de verla. (Está claro que una de las dos cosas me ha pasado a mí porque hace tiempo que mi mosca ya no me acompaña). Los oftalmólogos no lo perciben como un problema grave, sino más bien como un fenómeno fisiológico, como las arrugas o las patas de gallo, que nos va a pasar a todos o a casi todos en algún momento de nuestra vida.

¿Hay que tomárselo en serio e ir al oftalmólogo?

Oftalmologo

Cedida: Ksenia Chernaya. Pexels

Como cualquier patología del ojo, lo más recomendable es acudir al oftalmólogo si de repente vemos una mosca volante. Simplemente porque, aunque no sea grave, al producirse el desprendimiento del vítreo se produce una ligera tracción sobre la retina y, en ocasiones, se ocasiona una rotura en esta capa de tejido y podría ser la puerta de entrada de un desprendimiento de retina.

Existen, además, algunos factores de riesgo que pueden propiciar la aparición de esas pesadas moscas, como es tener más de 50 años, ser miope, padecer algún traumatismo, inflamaciones oculares y algunos factores más que el oftalmólogo puede valorar y avisar sobre lo que puede suceder.

En casos extremos las moscas volantes se pueden operar

moscas volantes

Imagen: Pixabay

En algunos casos de moscas volantes muy extendidas, el especialista puede plantearse la opción quirúrgica, que se denomina vitreolisis. Se realiza con un tipo de láser y es un procedimiento no invasivo que consigue eliminar los defectos visuales causados por las opacidades en el humor vítreo y que causan las miodesopsias o moscas.

Evidentemente, este tipo de intervenciones -como todas- solo se realizan en el caso en que el oftalmólogo considere que mejoraría mucho la vida del paciente.

Y como ojos, tenemos 2 y son para toda la vida, lo recomendable es siempre acudir al especialista a revisar la vista al menos una vez al año.