Ríos de tinta han corrido sobre el método Curly Girl. Sin embargo, aún sigue habiendo dudas. Incluso continúa siendo un desconocido para muchas chicas de pelo rizado (y no rizado). Aclaramos dudas de una vez por todas y explicamos qué productos son aptos.

Curly Girl no es una marca ni un método con cosméticos concretos, como pueda ser Olaplex. Se trata de una rutina de cuidados para pelo rizado, que abarca una metodología que cada cual debe adaptar. Los productos son o no aptos dependiendo, sencillamente, de los ingredientes que lleven.

Pero lo que está claro es una conclusión general: con paciencia y dedicación, el método Curly Girl funciona. Si estás animada a comprometerte (no te asustes, que tampoco es para tanto) verás que en unos meses surgen de la nada unos bucles flexibles, sanos y definidos. Porque donde hay rizo hay alegría.

Curly Girl

De dónde viene el método Curly Girl

Por internet circula alguna estadística que asegura que el 65 % de las mujeres tiene el pelo ondulado o rizado de manera natural. Sin embargo, muchas de ellas (muchísimas) no saben cómo cuidarlo. Y, al no sacarle partido, incluso optan por alisarlo con tratamientos, herramientas de calor y mucho empeño. Porque, durante mucho tiempo, los rizos han estado denostados. Cuántas veces no habremos escuchado las mujeres de pelo rizado eso de que con el liso siempre te aseguras “ir arreglada”. Como si los bucles fueran sinónimo de ser una tirada de la vida.

Pero vayamos con la historia. Allá por 2001, la peluquera profesional Lorraine Massey quiso poner punto y final a esta discriminación rizada. Y creó Curly Girl, un protocolo de cuidados para recuperar los rizos y que se vieran bonitos y marcados. Escribió un manual (Curly Girl The Hand Book) que no solo se convirtió en un best seller. También dio al vuelta al mundo. Logró crear una verdadera comunidad mundial de mujeres que defienden un estilo de vida con rizos. Y a mucha honra.

El método Curly Girl: lo he probado y funciona

Si hemos conseguido despertarte la curiosidad, solo nos queda contarte el paso a paso para que te lances a empezar el método Curly Girl.

Partamos de la base de que el cabello rizado es más seco por su naturaleza. Y esto lleva a encrespamiento, pérdida de patrón y un aspecto de estropajo de toda la vida a la mínima que te descuides. Por lo tanto, buena parte de los esfuerzos van dedicados a recuperar y mantener la hidratación.

De nuestra humilde cosecha nos atrevemos a sugerir que un buen modo de empezar con el Curly Girl es cortarse el pelo. Si no quieres cortar, al menos sanear las puntas. Muchas expertas en cabello rizado aconsejan un método de corte concreto. Se trata de hacerlo en seco, mechón a mechón. O mejor dicho, rizo a rizo. Así se le puede ir dando forma y viendo cómo queda en tiempo real.

Sin sulfatos y sin siliconas

La premisa número 1 del método Curly Girl es usar champús sin sulfatos. El motivo es sencillo. Se trata de un tipo de jabón detergente. Como tal, es súper eficaz para eliminar la suciedad. Pero también acaban con el sebo natural del cuero cabelludo. Lo reseca y lo deshidrata.

Los cosméticos que utilices a partir de ahora tampoco podrán llevar alcohol, parabenos y siliconas. Esto quiere decir que es muy posible que no te valga ninguno de los productos que tienes en la ducha. Pero no desesperes.

Cómo saber qué productos usar

No hay una marca concreta para seguir el método Curly Girl. Aunque es cierto que los productos de gran consumo no suelen cumplir con los requisitos. Te encontrarás con que te puede valer algún cosmético suelto de gamas populares (como las mascarillas de la gama Hair Food de Garnier), pero no todos. Te encontrarás también con que no son aptas para el método gamas completas que se presentan especialmente diseñadas para pelo rizado. Por ejemplo, la de Moroccanoil. Esto no significa que sus productos no sean buenos cosméticos. Simplemente contienen algún ingrediente considerado “no apto” para el protocolo Curly Girl.

Un consejo práctico es consultar en páginas especializadas en las que puedes introducir el listado de ingredientes del cosmético capilar en cuestión. En segundos, te resuelve si son o no son aptos para el método Curly Girl. Sin embargo, también debes saber que no hay que ser intransigente. Aunque un producto no sea “apto”, eso no significa que a ti no te vaya bien. Pongamos un ejemplo: el ultra famoso aceite de argán, también de Moroccanoil, no es apto. Pero yo siempre lo incluyo en mi rutina “curly” porque me va fenomenal. En definitiva, en este método hay mucho de ensayo y error. Son consejos generales pero no hay dos rizos iguales. Existen grandes variedades de grosores y porosidades. A veces, lo que vale para uno, no lo hace para otro.

pelo rizado

Cosméticos especiales

Otra opción es recurrir a marcas especiales para pelo rizado. No las vas a encontrar en supermercados. Y solo de milagro las hallarás en alguna perfumería. Tendrás que comprarlas en tiendas especializadas o por internet.

Entre esas marcas encontrarás algunas como Shea Moisture, Cantu, Kinky Curly, Deva Curl, Aunt Jackie’s o Lola Cosmetics. Estas dos últimas son mis favoritas.

Otro producto, en este caso sin marca, que adoran las curly girl es el aceite de coco virgen. Lo venden hasta en Mercadona (en la zona de los aceites, no en la perfumería). Lo puedes usar para mascarillas o como toque final. Pero, para que veas el ejemplo de que a cada cuál le es útil una cosa, en mi caso, he probado el aceite de coco y en mi pelo no funciona en absoluto.

En la ducha

Una vez que tenemos los productos del método Curly Girl, vayamos con los cuidados. Ya sabes, a partir de ahora, champú sin siliconas, sin sulfatos y sin alcohol. En la peluquería puede ser un problema porque en muchas no lo tienen. Tendrás que llevarte el tuyo de casa.

Al lavar el pelo, aplica el champú solo en el cuero cabelludo y, si te atreves, aclara con agua fría. Desenreda el cabello con sumo cuidado en la ducha. Hazlo con un peine de púas anchas, tipo tridente. O con los propios dedos. Empieza por las puntas y ve hacia arriba, poco a poco. Aclara y aplica acondicionador y/o mascarilla.

Otra de las pautas del método Curly Girl es restringir al mínimo los lavados. El pelo rizado aguanta más tiempo limpio, de modo que no será un problema. Si aún así debes lavarlo (supongamos que vas al gym a diario), opta por el co-wash. Así se conoce al método de lavarlo sin champú, sino con un acondicionador “lavante” o no-poo. Y deja el champú para una o dos veces por semana.

Al menos una vez a la semana haz una nutrición en profundidad. Deja actuar una mascarilla (sobre pelo seco o mojado) durante al menos dos horas. O todo el tiempo que puedas. Luego aclara bien para que no queden restos.

El styling

Al terminar el lavado, quita la humedad con una toalla de microfibra o con una camiseta vieja de algodón. No frotes o te desterrarán del reino de las curly girls. Esto es fundamental para no crear frizz. Esponja el cabello apretando con la toalla desde las puntas hacia arriba (esto se llama scrunch). A continuación aplica un acondicionador sin aclarado, de los llamados leave-in. Y luego puedes añadir un producto que marque los rizos. Lo encontrarás en múltiples formatos, lociones, cremas, geles… Pero recuerda: siempre sin siliconas y sin alcohol. También puedes aplicar estos productos directamente sobre el pelo empapado, antes de la toalla.

Lo ideal es secarlo al aire pero si no es posible, utiliza el secador con difusor y a la temperatura más baja. Se tarda más, sí, pero es más saludable para el cabello.

Para dormir, un consejo es recoger el pelo en forma de piña, en una coleta completamente arriba de la cabeza, con una goma tipo scrunchie, que es más suave. También se venden fundas de almohadas y gorros de satén, para evitar el frizz por el roce.

Mucha paciencia

El último de los consejos es que seas paciente. Si has leído este post de cabo a rabo quizás estés abrumada. Pero de verdad no es para tanto. Una vez que te haces al método, lo integras en tu vida y acabas por defenderlo a muerte. Porque ves que funciona. Eso sí. No es instantáneo. Pueden pasar semanas hasta ver los primeros resultados. Pero hazte una foto el día que empieces y compárala con tu imagen un año después. Te quedarás loca con los rizos maravillosos que estaban escondidos bajo un protocolo de cuidado equivocado y productos no aptos.

¡Viva el rizo! (Y cuéntanos tu experiencia si eres una Curly Girl).