Dar el clavo en la coloración no siempre es fácil. En salón Alex Sestelo son expertos en la materia

En el salón de Alex Sestelo practican una coloración sostenible y respetuosa con la materia prima que da autonomía de la pelu.

Como periodista de belleza, encuentro especialmente fantasiosa la taxonomía que recibe la coloración capilar. Un marciano que ojeara los medios especializados (como Belleza Pura) podría llegar a pensar que hasta la terráquea más despistada distingue el Bronde del Strawberry Blonde o las mechas Shatush de las Balayage, pero fíjate que yo tengo la ligera sospecha de que cuando una se planta en la pelu dispuesta a todo, lo que se atreve a pedir, como muchísimo, es un rubio en dos tonos o unas mechas diseminadas aquí y allá. Llámame loca.

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¿Shatush, Bayalage o ninguna de las anteriores?

Sea como fuere, la comunicación es clave para llevar a buen puerto tu trance por el salón de belleza. Conviene poner en alerta los cinco sentidos, llegar con las ideas claras y ser muy precisa expresando las sutilezas de la coloración y el corte si no quieres salir a disgusto. Desde el lado de tu interlocutor, afinar el oído y practicar la escucha activa y comprensiva es uno de los méritos de los que se puede preciar un buen peluquero, y en Alex Sestelo he observado que son de oído fino. Entre muchas otras virtudes.

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Zona de lavacabezas del Salón de Alex Sestelo

Sentirse comprendida y apoyada en materia capilar es importante. Que te hagan exactamente lo que has pedido, sin imponer el criterio profesional sobre el personal, vale un potosí. En el salón Alex Sestelo no tuve más que abrir mi boquita de piñón para pedir sin grandes ditirambos ‘una mecha muy sencilla, con tinte, que me dé luz a la melena, pero sin verme muy rubia. ¡Ah! Y que no requiera mantenimiento, por favor, que me hago la mecha dos veces al año’ para ser entendida al vuelo. La colorista tradujo mi torpe discurso a un deseo más preciso y técnico, di el visto bueno a su propósito (confiar en que estás en buenas manos también es importante) y me dejé llevar hacia las delicadas sendas de la coloración capilar ‘que se nota sin notarse’.

¿Lo mejor de lo mejor? Cumplir (y superar) la expectativa que me había formado en forma de coloración discreta sin alterar mi muy finolis cabello y recibir el mejor, más largo y más gozoso masaje que jamás me hayan dado en ninguna pelu del planeta Tierra. Que bajen los marcianos y lo vean.

A destacar también el corte de pelo, en este caso un saneo de puntas preciso y certero: inmaculado. Repetiré.

Salón Alex Sestelo

Hermosilla, 43.

Primera planta.

28001, Madrid.

Tel: 810 52 05 51.