Quién no se ha preguntado cuándo caducan sus cremas solares.

Cada año aparecen tubitos con distintos SPF entre bikinis, chanclas y pareos. Te contamos cuándo caducan tus cremas solares de cabecera.

El reencuentro con las cestas de playa huele a sal, a crema solar, a felicidad… y a incertidumbre: ¿qué diablos hago con este protector? ¿Me lo pongo tranquilamente o asumo el riesgo (que a estas alturas de vida nos parece suicida) de tostarme a la parrilla con una crema solar disfuncional? Resolvemos esta duda razonable.

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Es muy habitual encontrar de año en año restos de cremas abiertas, ¡o incluso sin abrir! Si este es el supuesto, nos encontramos con el mejor de los escenarios para la cosa del ‘recicle’ (y del ahorro), puesto que la Administración de Alimentos y Medicamentos exige que todas las cremas solares conserven su potencia original intacta durante, al menos, tres años, de modo que adelante con ese protector que compraste si se encuentra dentro de ese margen.

Si ya está abierta y te da apuro tirarla, busca la fecha de caducidad. Algunos la incluyen en aras de informar de cuándo pierden su efectividad, pero ¡muchos no! Si nos encontramos con este supuesto, lo habitual es que dure de 6 a 12 meses tras la ‘inauguración’ del bote. Esto se localiza en la etiqueta con las letras PAO (Period After Opening).

Si no tienes muy clara la fecha de caducidad del fabricante, o bien te has pasado ligeramente, pero te planteas usarla, observa atentamente estos parámetros:

-Color: si la crema presenta un color distinto (suele ser más amarillento), a la basura sin remordimientos.

-Textura: ¿la ves más pastosa, líquida o grumosa? Arrúllala entre tus manos, dale las gracias por los servicios prestados, y a la bazofia.

-La prueba casera de la alergia: si está en condiciones aparentes, ponte un poco de crema en el antebrazo y observa las reacciones.

Puede ser buena idea usar esa crema ‘sospechosa’ en horas valle. El riesgo con el sol no vale la pena, de modo que, si la crema solar no está en condiciones del todo óptimas, déjala para ocasiones de poco peligro o bien deséchala por completo.

¿Ante una duda martilleante ineludible? Escúchate y no te la juegues. No proteger la piel adecuadamente contra la radiación solar es peligroso, y el precio de un nuevo protector compensa con creces los beneficios.