La depresión estival ‘acontece’ en verano, cuando la falta de ocupación constante hace que el agotamiento y la ansiedad campen a sus anchas.

La insatisfacción con el propio cuerpo, el cansancio acumulado, las expectativas frustradas o la sensación de ‘no hacer nada’ pueden desembocar en una depresión estival.

¿Sabías que… en España hay tres millones de personas diagnosticadas de depresión?

depresión-estival-2

La depresión ‘estival’, también conocida como ‘trastorno estacional afectivo’, se manifiesta en forma de tristeza, irritabilidad, agotamiento y ansiedad. “Existe una prevalencia en mujeres, pero este trastorno no entiende de edad ni de género”, explica José Manuel Requena Garmendia, director del centro de salud Mentalia Usúrbil, quien señala a su vez que “cabría analizar los diferentes motivos que llevan a la externalización de esta depresión. Entre ellos, podemos distinguir características biológicas de tipo personal y social”.

Según los expertos de Mentalia Salud, entre los principales motivos que propician la depresión estival se encuentra la insatisfacción con el propio cuerpo. El hecho de tener que ‘exhibirse’ en la playa o la piscina y aligerar la ropa en general puede generar mucho estrés en personas que no se aceptan a sí mismas.

Por otro lado, el exceso de calor aumenta la irritabilidad y el cansancio, influyendo en la calidad y cantidad del sueño nocturno, lo que en ocasiones produce un malestar imposible de tolerar.

Además, “a muchas personas les agobia la sensación de no hacer nada. Muchas veces se idealizan las vacaciones y, al no cumplirse esas expectativas, se produce una sensación de frustración, apatía y tristeza”, comentan desde Mentalia.

Como colofón, el pasar más tiempo en familia y en pareja puede desembocar en tensiones que derivan en añadir más malestar al estado de ánimo.

¿Para combatir este desaguisado estival?

Nuestros expertos consultados recomiendan bajar un tono (o dos) al volumen de las expectativas veraniegas. “No es necesario impresionar en redes sociales o deslumbrar a amigos y familiares a la vuelta de vacaciones. Es más valioso y beneficioso llevar a cabo actividades y visitar aquellos lugares a los que podemos acudir en función de nuestro poder adquisitivo, centrándonos en el disfrute de la experiencia y no en los esfuerzos que nos supone poder llevarla a cabo”.

Es importante no perder de vista la rutina diaria, lo que incluye alimentarse bien (fresco y equilibrado) y en horarios razonables, así como tratar de mantener la rutina de sueño, programar las actividades y disfrutar del relax de una cierta inactividad.