Un nuevo concepto y tratamiento está empezando a debatirse entre las mujeres: las hormonas bioidénticas. ¿Sabes qué son? ¿Funcionan mejor las hormonas bioidénticas contra la menopausia que la Terapia Hormonal Sustitutiva?

¿Qué dicen los que conocen cómo actúan este tipo de hormonas? Como en casi todos los temas hay opiniones para todos los gustos. Aquí, en Belleza Pura tratamos de dar información y, sobre todo, de ofrecerla contrastada. No vale quedarse con uno de los criterios, sino de ver la cara y la cruz de lo que nos afecta. ¿Funcionan contra la menopausia o son un antiaging? ¿Qué opina la ciencia? ¿Y cuál es la valoración de quien las ha probado?

Establezcamos primero que las personas estamos influenciadas por las hormonas. Estas se definen como los mensajeros químicos del cuerpo, viajan a través del torrente sanguíneo hacia los tejidos y órganos e influyen en casi todas las áreas de nuestra vida: regulan el hambre, el apetito sexual, la reproducción, el desarrollo. Son el regulador de tu organismo. A medida que envejecemos los niveles hormonales cambian. Y cuando están en declive, como durante la menopausia, notamos esa ausencia. En estos últimos años, las hormonas bioidénticas se han postulado como las “salvadoras” de esa ausencia de algunas hormonas.

¿Qué son las hormonas bioidénticas? Son aquellas que se extraen de plantas, como el ñame o la soja, y que tienen como misión disminuir los efectos no deseados de la menopausia, como el insomnio, los sofocos, la retención de líquidos, la pérdida de memoria…  La doctora María Fasero, coordinadora de la Unidad de Menopausia Saludable del Hospital de La Zarzuela de Madrid, las define en el documento de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) como “el tratamiento que utiliza hormonas producidas químicamente en laboratorio similares a las que produce nuestro cuerpo”.

Ths

¿Las hormonas bioidénticas son el final de la Terapia Hormonal Sustitutiva?

Lo que los médicos utilizan hasta ahora es la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS), un tratamiento con muy mala prensa porque se ha asociado a cáncer. Las primeras THS iniciaron su andadura en los años 40 del siglo pasado y su uso empezó a decaer a principios de este siglo cuando los estudios revelaron una mayor incidencia de cáncer de mama y enfermedades cardiacas asociadas a la THS.

Sin embargo, tras estos contratiempos, la ciencia empezó a estudiar cómo adecuar esta terapia. “La creencia de que algunos tratamientos, fundamentalmente las terapias hormonales, son perjudiciales para la salud ha sido la razón fundamental por la que solo el 4% de las mujeres españolas opta por comenzar algún tipo de tratamiento. Pero desde hace ya varios años los expertos insisten en que aplicándose en las dosis adecuadas, el tiempo necesario y bajo control médico no existe ningún problema”, afirman desde la AEMM.

hormonas bioidénticas Pellet

El formato pellet, que se introducen bajo la piel, es uno de los más extendidos entre las hormonas bioidénticas.

¿Entonces por qué la moda de las hormonas bioidénticas?

Desde hace unos años las hormonas bioidénticas están intentando sustituir a la THS. Lo denominan el “chip de la juventud” y quiere demostrar que “las mujeres pueden controlar sus propias hormonas y dejar de vivir (y soportar) los síntomas de la premenopausia y la menopausia como males irremediables”, explicaba hace un par de meses el doctor Tallaj, inventor del término. Este médico y cirujano estético dominicano, propone un fitoimplante de testosterona bioidéntica, extraída del ñame. “La testosterona no es solo una hormona masculina. Esta hormona está presente en ambos sexos y resulta que durante la edad fértil de la mujer, su nivel es tres veces superior a la de los estrógenos”, explica el doctor.

Con este implante, afirma el doctor Tallaj, se recupera la vitalidad de la juventud; pero no solo de la juventud de la apariencia externa sino a la recuperación del equilibrio interno hormonal propio de todo el periodo previo a la premenopausia.

Quien está en total acuerdo es Marta Boira, experta en belleza, que las ha probado en sí misma y está encantada. Explica a Belleza Pura: “me encuentro mejor, la concentración es mayor, equilibra el sistema hormonal y aumenta la libido. Lo importante es personalizarlo. A mí me hicieron una analítica completísima y según las necesidades de cada uno, ponen el pellet con aquellas hormonas que necesita tu cuerpo: testosterona, progesterona… He vuelto a resurgir, no me canso y me ha regulado la ansiedad”. Lo que tiene claro Marta es que para ella es un tratamiento antiedad.

Este tipo de implantes no duran toda la vida sino que hay que renovarlos cada 6 meses más o menos,  no los financia la Seguridad Social y cuesta alrededor de 1.000 euros cada vez que lo pones.

Pero… los “peros” de la ciencia

Si ya estabais decididas a probar las hormonas bioidénticas termina de leer este artículo. La doctora Mercedes Herrero, ginecóloga de Gine4, no los recomienda en absoluto y me remite a la Sociedad Española para el Estudio de la Menopausia.

“El término de terapia bioidéntica ha creado en estos últimos años mucha confusión, sobre todo con las terapias naturales, las cuales se diferencian de este tipo de terapia bioidéntica en que son productos derivados de las plantas o los animales y no son sintetizadas en el laboratorio”, explica la doctora María Fasero.

Las mujeres confían en esta terapia por que creen que es más segura que la terapia hormonal convencional y que está más adaptada a sus cuerpos y sus necesidades individuales.

Continúa la doctora Fasero que “la línea más popular sobre la inocuidad de estos productos de hormonas bioidénticas es basar su “benevolencia” en algo que no se ha demostrado todavía; que la actuación sobre el receptor estrogénico es más débil y distinta de la terapia clásica, sin promover la proliferación celular evitando así, de alguna manera los efectos secundarios”.

Por tanto, desde la AEEM nos indican que esta terapia no ofrece mayor seguridad, eficacia y tolerancia que la terapia hormonal convencional y que faltan pruebas objetivas y estudios científicos para apoyar estas afirmaciones. Además, y entre otras afirmaciones, aseguran que este tipo de terapia bioidéntica “no tiene un riesgo de cáncer de mama más bajo que el de la terapia hormonal aprobada y no tiene un mejor efecto en los huesos que la ya aceptada por la comunidad científica”.

Y, por último, nos advierten de que “actualmente no hay evidencia que sugiera que las formulaciones de hormonas bioidénticas personalizadas ofrezcan beneficios clínicamente relevantes sobre los productos aprobados por la ciencia y disponibles para tratar los síntomas de la menopausia”.