Presente en muchas frutas y verduras, la vitamina C ayuda a combatir los estragos del cansancio. Añadir un suplemento puede ser una buena idea en momentos puntuales. Consulta siempre con un profesional de la salud. 

Hazte amiga íntima de la vitamina C si notas más cansancio del habitual.

¡Ya es primavera en el barrio de Usera! Y en el resto, también. Este momento del año inspira tanta alegría como recelo, ya sea por las alergias o por el extra de fatiga que suele acompañar a las fluctuaciones de luz y actividad. ¡Por no hablar de lo que ya supone la vida moderna!

¿Te hace falta un poco de punch? Sube, que te llevo.

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Fatiga, sistema inmunitario comprometido, estrés, época de exámenes, posparto, práctica de deporte A lo largo de la vida no faltan situaciones que nos pueden sumir en un bache de energía. Además de procurarnos un descanso reparador, alimentarnos con productos frescos y de temporada, beber agua, hacer ejercicio y pasear al aire libre, los suplementos pueden jugar un rol útil para sacarnos del pozo. Especialmente, la vitamina C, uno de esos clásicos básicos infalibles de eficacia probada por la ciencia.

Una cesta de la compra cargada de vitamina C

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda ingerir entre 90 y 110mg de vitamina C en adultos de más de 20 años. Entre los alimentos que la contienen, destaca la guayaba, que cuenta en su interior con 273mg de vitamina C por cada 100gr de fruta comestible.

Otras frutas interesantes son la papaya (80mg), el kiwi (71), la frambuesa (60mg) y cítricos como la naranja, el pomelo y  el limón (50mg); así como el mango (35mg), el melón (25mg) y el tomate (16mg). Entre las verduras, se encuentran el pimiento de cualquier clase (131mg), las verduras crucíferas (65-67mg), los grelos (40mg), el nabo (40mg) o las espinacas (30mg).

Como ves, si no eres un marinero del siglo XVI, es difícil que una alimentación ‘habitual’ no contenga el aporte necesario de vitamina C. Pero, ojo, en épocas concretas se puede quedar corto, y es ahí donde entran en juego los suplementos.

La cantidad máxima de vitamina C es 2 gramos diarios, que puedes tomar en caso de enfermedad (para mí es una estrategia radical para cortar de raíz el proceso) o si te lo recomienda tu profesional de la salud por alguna razón. Otra de las ventajas de la vitamina C es que es precursora de colágeno, así que si estás tomando algún suplemento de esta proteína, intenta darle un empujoncito añadiendo más vitamina C. Y también glicina, aminoácido que participa en la síntesis de colágeno y favorece el sueño.