Se llaman células zombis porque permanecen en el organismo después de morir y lo dañan. En el ámbito científico se denominan células senescentes. Los investigadores buscan la manera de eliminarlas.

Nuestro organismo está compuesto por 37 billones de células que se regeneran constantemente para conseguir que nuestros órganos funcionen. Unas células se regeneran antes y otras después. El organismo sólo renueva esas células cuando es imprescindible. ¿Qué pasa con esas células que deberían desecharse? ¿Son las responsables del envejecimiento?

La mayoría son recicladas por nuestro organismo (apoptosis), pero otras se quedan atrapadas en él, se quedan aletargadas. Estas, las células zombis van perdiendo su capacidad para funcionar normalmente. No están ni vivas ni muertas. Parece que, por fallos del propio organismo no son capaces de eliminarse y se quedan ahí, como zombis sin saber muy bien qué hacer.

células zombis

Nuestro cuerpo, una máquina de precisión, debería eliminar esas células zombis, pero algunos fallos del propio organismo siguen ahí, sin realizar ninguna función ni multiplicarse ni dividirse. A medida que envejecemos nuestras células se van dañando. La contaminación, el estrés y el estilo de vida también ayudan a que las células dejen de dividirse. Por ejemplo, los científicos han observado que la obesidad causa un aumento de las células zombis.

¿Son siempre perjudiciales las células zombis?

No está tan claro. Se ha estudiado que la senescencia ha evolucionado para prevenir tumores, pero por otro lado, y aunque es contradictorio, otro efecto de las células zombis es el crecimiento tumoral en personas mayores mientras que en la juventud produce el efecto de prevención. Otro posible efecto de la senescencia celular es la reparación de tejidos; estas células secretan unas moléculas, como factores de crecimiento y otras proteínas involucradas..

Celulas Zombis

Imagen: DCStudio. Freepik

Los últimos estudios apuntan hacia la eliminación de las células senescentes

La hipótesis de trabajo es que un tratamiento que elimine las células senescentes restaurará la función muscular. Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERNED), y Altos Labs (una empresa financiada por millonarios de todo el mundo que busca revertir el envejecimiento) han descrito cómo las células dañadas (células senescentes) que inevitablemente aparecen después de una lesión afectan negativamente a la regeneración de los tejidos, y cómo este mecanismo actúa activamente en la vejez, pero sorprendentemente también en la juventud. Esta acción negativa se puede resolver genética y farmacológicamente y, por tanto, se pueden recuperar las funciones regenerativas de las células madre.

Esta investigación se ha realizado con ratones, pero abre la vía para frenar el envejecimiento en personas y ha sido publicada a finales de 2022 en la revista científica Nature.

¿Existen ya medicamentos senolíticos para luchar frente a las células zombis?

Ya se está trabajando en este tipo de medicamentos que actúan contra las células zombis. Hasta ahora son una alternativa pero no están desarrollados del todo.

Se están estudiando fármacos capaces de eliminar estas células para retrasar el envejecimiento. Entre estos fármacos senolíticos  está la la metformina -un antidiabético-, el desatinib -un medicamento que se usa para el tratamiento de la leucemia-, la quercetina– un antioxidante presente en el vino, el té, el ajo y la cebolla. Uno de ellos, de nombre navitoclax, está validado en modelos preclínicos que han demostrado su validez en células viejunas induciendo la muerte de estas células a la vez que preserva la actividad de las células sanas.

De estos medicamentos senescentes se podrán beneficiar los músculos, los pulmones, los riñones, el hígado, el corazón… Cada vez las investigaciones van hacia la búsqueda del santo grial que nos permita vivir más tiempo o, al menos, con mayor calidad de vida.