Aunque hay opiniones para todos los gustos, casi tantas como tipos de inductores de colágeno facial, las declaraciones médicas y estéticas son las que más nos interesan y así salimos de dudas.

Viales, agujas, cánulas o la inflamación provocada mediante aparatología, son muchos los inductores de colágeno que la medicina estética propone.

No todos se inyectan, pero todos actúan sobre dos de los marcadores más ‘temidos’ del envejecimiento: la firmeza y las arrugas. Pasamos revista sobre los inductores de colágeno y sus aplicaciones médico estéticas.

¿Todo inductor de colágeno es un inyectable de uso exclusivo de un médico estético? No siempre, opinan los médicos. Como explica la doctora Mira, de Clínica Mira + Cueto (Apolonio Morales, 13, G. Madrid), “inductor de colágeno es todo aquel procedimiento que estimula la formación de colágeno, ya sea en forma de inyectable, aparatología e incluso cosmética, como los retinoides. Hay que tener en cuenta que no todos realizan esa estimulación en el mismo grado y calidad de colágeno”.

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Dentro de la medicina estética, existen dos clasificaciones:

De tendencia absoluta en las clínicas de medicina estética del mundo, calificamos los inductores de colágeno como ‘sostenibles’ porque, al estimular la producción endógena de esta proteína, resultan una de las mejores maneras de abordar el cuidado de la piel.

-Inyectables: Hidroxiapatita cálcica, Ácido Poliláctico, Policaprolactona y Polidioxanona (en forma de geles o hilos), Ácido hialurónico, Plasma rico en plaquetas o incluso la grasa autóloga.

-Aparatología: Radiofrecuencia, Ultrasonidos Microfocalizados de alta intensidad (HIFU), Láser e IPL.

Del diagnóstico que se realice en cada caso dependerá la recomendación de uno, otro, o una combinación de ambos. Es el caso de los tratamientos híbridos. Un cóctel de ácido hialurónico e hidroxiapatita cálcica que, aun no siendo exactamente vanguardista, en los últimos tiempos vive un gran momento por “su capacidad de generar sinergia entre cada una de las sustancias. Saca lo mejor de cada inductor”, explica el doctor Juanma Revelles, de Clínicas Le Boost (San Marcos, 34. Madrid).

El inductor de colágeno ‘comodín’

La hidroxiapatita cálcica. Como asegura el doctor Revelles, de Le Boost, “Tiene estudios sobre recuperación en la capacidad de contracción del fibroblasto debido a su contenido en calcio, así como en la producción de otros componentes de la dermis como la elastina y los proteoglicanos”. Otra de sus ventajas es la duración: “de hasta 12-18 meses, en función del sujeto”, matiza la doctora de Mira + Cueto.

Quien se decide a tratar su piel con inductores de colágeno, quiere ver resultados lo antes posible. Guillermo Jiménez, médico estético de Clínica Moisés Martín Anaya (Torre de Valencia, Avenida de Menéndez Pelayo, 9. Madrid), nos da datos esperanzadores en ese sentido: “Los resultados se ven enseguida, tanto en los de cabina como los inyectables. A partir de la segunda semana destaca el resultado de los inyectables porque van propiciando la formación de colágeno. Los de cabina, desde el minuto uno”.

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Los resultados son inmediatos, y van mejorando con el paso del tiempo hasta que la sustancia se reabsorbe

¿Cuándo recurrir a estas soluciones de una forma, digamos, razonable? (ni muy pronto, ni muy tarde).

“Los inductores de colágeno son adecuados para una amplia gama de tipos de piel. Se aplican en personas con signos de envejecimiento, flacidez facial y corporal, cicatrices y personas con pérdida de volumen en el rostro. Se aplican principalmente en áreas como las mejillas, los pómulos, las líneas de marioneta y las arrugas en las comisuras de la boca”, cuenta la doctora Carmen Martín, médico estético y directora de la clínica que lleva su nombre (General Arrando, 42, bajo derecha. Madrid)

El doctor Ernesto Pérez, médico estético de Clínica Femm (Velázquez, 22, 1ºD. Madrid), abunda en este particular: “Los estudios han demostrado que los inductores de colágeno presentan mejor respuesta en pacientes jóvenes, porque necesitan de la respuesta del organismo para una mayor eficacia. Tradicionalmente, inyectábamos el ácido hialurónico a personas jóvenes y los inductores de colágeno, que pensábamos que eran más potentes, en personas más mayores, a partir de 60 años. Sin embargo, la tendencia más reciente es más bien al revés: en estos pacientes a partir de 60 años, en los que la respuesta a la inducción de colágeno es más baja, utilizamos los ácidos hialurónicos de alta densidad y reservamos los inductores de colágeno para pacientes de mediana edad (40-50 años). Estas personas ya presentan algún grado de flacidez y arruga fina, pero su organismo todavía08 responde bien a la inducción de colágeno”.

Qué puedes esperar de la evolución de tu tratamiento con inductores de colágeno

La gestión de expectativas debe ser adecuada a lo que indica la lógica. Si a partir de los 25 años comienza la degradación de colágeno, llegará un momento que, aunque estimulemos con sustancias ad hoc, el resultado no sea tan notable.

“No es lo mismo la capacidad de producción de colágeno de alguien de 30 años, que la síntesis de colágeno que existe tras la menopausia,  la velocidad de destrucción del colágeno aumenta con la edad”, explica la doctora Mira.

Una vez te hayas hecho el tratamiento, recuerda observar unos cuidados básicos. La experta de Mira + Cueto nos da la receta: En inyectables, no tocar la zona de aplicación en 2 horas, evitar cremas y maquillajes las primeras horas, no hacer ejercicio vigoroso ni aplicar una fuente de calor 24 h. En el caso de los hilos evitar movimientos bruscos faciales los primeros días y en ocasiones prescribimos una pauta de profilaxis antibiótica de 3 días. En cuanto a la aparatología con la radiofrecuencia y el HIFU, se puede hacer vida normal tras su aplicación. Con el IPL, ajustamos la rutina cosmética e intensificamos la fotoprotección, al igual que con los láseres ablativos o semiablativos. Con estos últimos se prescriben cremas reparadoras de la barrera para acelerar la recuperación y hay que evitar la exposición solar en la zona tratada unos 2-3 meses”.