Ni espárrago, ni pera, ni manzana. La figura estilo reloj de arena que luce (de forma antinatural) Kylie Jenner sube como la espuma de una cerveza bien tirada este verano. La lipoescultura con ecógrafo parece ser la solución a este anhelo estético.

En el mundo de la cirugía estética, la ciencia se une con la ‘magia’ del bisturí. La lipoescultura y el aumento de glúteos guiados con ecógrafo cumple con la ambición de muchas: el codiciado cuerpo de reloj de arena.

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Beyoncé

La ciencia del reloj de arena

Piensa en Beyoncé, otro ejemplo señero de la figura de reloj de arena, prototipo de la feminidad canónica según ciertos criterios. Desde 2018 hasta 2023, ha habido un incremento del 60% en la demanda de lipoesculturas para lograr ese cuerpo escultural con mucho seno, glúteos prominentes, una cintura de avispa y piernas delgadas. Según el Dr. Gómez Bravo, miembro de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica, la clave del éxito radica en una proporción áurea: una cintura-cadera con un índice cercano a 0,7.

Incorporamos el ecógrafo

Fórmula algebraica en mano, entra en juego la tecnología. Atrás quedaron los días en que los cirujanos operaban ‘a ciegas’. Gracias a los ecógrafos portátiles, que parecen más un gadget de James Bond que una herramienta médica, los cirujanos pueden ver en tiempo real las capas de grasa y musculatura durante el procedimiento. El Dr. Gómez Bravo lo describe como un “antes y un después” en la cirugía estética, haciendo que la lipoescultura sea más precisa, anatómica y, por supuesto, segura.

¿Cómo funciona?

La operación comienza con la paciente tumbada cómodamente (un decir) boca arriba, momento en que se realizan mínimas incisiones estratégicas. Luego, se introduce una cánula vibratoria (Power Assisted Liposuction, PAL para los amigos), mientras el ecógrafo guía cada movimiento del cirujano, permitiendo una extracción precisa de la grasa profunda. Esta grasa no se desperdicia; se purifica y se reinyecta en las zonas deseadas como caderas y glúteos. Un reciclado digno de la bendición de la mismísima Greta Thunberg.

¿Y después qué?

El postoperatorio no es precisamente un paseo por el campo. Durante los primeros días, la inflamación y los hematomas pueden hacer acto de presencia, acompañados de un dolor que nos recuerda que ‘la fama cuesta’. Con una faja de compresión y unos masajes de drenaje linfático, el camino hacia el cuerpo deseado se vuelve menos espinoso. Y para quienes se preguntan cuánto tiempo dura el resultado, el Dr. Gómez Bravo aclara: los resultados definitivos se aprecian a los tres meses, siempre y cuando una no se entregue a los placeres de la mesa de forma desenfrenada.

Precio: a partir de 8000 euros.