Mientras medio planeta experimenta con cremas milagrosas, agujas estratégicas y tés détox de dudoso efecto más allá del tránsito intestinal, un nuevo enfoque de la estética -más amable, integral y regenerativo, a la par que más caro- comienza a consolidarse como el futuro del bienestar. La clínica de belleza ha llegado para quedarse.

Y no, no se trata de otro spa con vistas. Hablamos de ZEM Wellness Clinic Altea, una clínica de belleza y longevidad que combina medicina, emociones y algo de poesía en plena costa mediterránea. ¿Utopía wellness o el nuevo estándar?

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La belleza ya no quiere ser perfecta. Solo quiere estar bien

En un momento en el que el culto al cuerpo empieza a reconciliarse con el autocuidado emocional, el concepto de belleza regenerativa gana adeptos. ¿Su premisa? No se trata de borrar los años, sino de atravesarlos con gracia y (si puede ser) buena cara. Atrás quedan los rostros inmóviles y los abdominales de mármol: la nueva estética es personalizada, emocional y científicamente amable.

ZEM apuesta por esta filosofía con su programa Rejuvenating/Aesthetics y el Dermo-Aesthetics Boost, una propuesta que suena tan técnica como esperanzadora. Láser, ácido hialurónico, PRP, mesoterapia capilar, tratamientos Hydrafacial, Indiba, crioterapia facial… y todo esto sin perder la sonrisa. Literalmente: aquí los tratamientos son mínimamente invasivos, así que se sale de la clínica pudiendo masticar.

Pero no todo queda en la epidermis.

El brillo natural también empieza en las venas

Más allá de la cosmética avanzada, ZEM apuesta por técnicas que apuntan al interior, con nombres que podrían estar en la carta de una coctelería futurista: Sueroterapia Pro-Ageing, Sueroterapia Glow, ozonoterapia o láser endovenoso. Esta última, por ejemplo, promete mejorar la oxigenación celular a través de luz láser aplicada directamente en las venas. Nota: tiene base médica.

La ozonoterapia, por su parte, ya es conocida en entornos clínicos por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Aquí, sin embargo, se enmarca en un programa que también incluye salud emocional, nutrición consciente (basada en la dieta mediterránea ecológica) y consultas psicológicas.

Es decir: sí, puedes hacerte un tratamiento facial y luego hablar con alguien sobre por qué te molesta tanto el espejo del ascensor. Todo en el mismo sitio.

Un resort clínico con vocación de retiro espiritual

ZEM no es solo una clínica de belleza, sino una especie de santuario contemporáneo de 40.000 m² que combina medicina integrativa, tecnología puntera y hospitalidad de cinco estrellas. Con 25 especialidades médicas, un hotel de gran lujo, spa exterior e interior, y su propia finca ecológica (Finca Althaya), donde cultivan más de 60 variedades de frutas y verduras, se presenta como uno de los centros más completos de Europa en su categoría.

¿Quién acude? Desde directivos agotados que buscan resetear sin acudir a un retiro de silencio, hasta personas que simplemente quieren verse y sentirse mejor sin pasar por el quirófano.

¿Moda pasajera o nueva forma de vivir?

Algunas voces escépticas podrían ver en este tipo de clínicas una versión glam de la medicina tradicional, más enfocada en el bienestar de quienes pueden pagarlo. Pero lo cierto es que, con el envejecimiento de la población, el auge del biohacking y el creciente interés por la salud preventiva, propuestas como la de ZEM encajan con una demanda real y creciente.

La clave está en el enfoque: aquí no se trata solo de sumar años, sino de añadir calidad a cada uno de ellos. Y si de paso sales con la piel luminosa y las emociones en orden, tampoco está mal.

ZEM Wellness Altea Clinic

Calle Suecia, 03590

Tel: 966888800