Del lujo futurista de Chanel al rubor fresa de Idony, pasando por la sofisticación cool de Rare Beauty. El rosa lo parte en maquillaje, y no es difícil entender por qué.
Hay colores que no pasan de moda, pero el rosa tiene un superpoder especial: se reinventa, conquista y se adapta a todos los estilos, edades y bolsillos. Este 2025, el rosa deja de ser un susurro para convertirse en grito de guerra. Y lo hace desde todos los frentes: en pasarela, en cosmética, en maquillaje e incluso en el pelo. ¿La consigna? Todo al rosa, sin medias tintas.
En la cúspide del lujo, Chanel reinterpreta su emblemática camelia con una colección que se podría haber diseñado en Marte. La línea Camélia Futura rinde homenaje a la dualidad de la flor favorita de Gabrielle Chanel (delicada, pero resistente) con productos de estética etérea, metalizados y pigmentos que viran entre el rosa lila, el coral y el abricot con reflejos verdes o dorados. Una oda al romanticismo futurista.
En el otro extremo, sin perder una pizca de estilo, Idony convierte el rosa en aliado de las prisas veraniegas con su versión del look de maquillaje Strawberry make-up. Aquí no hay promesas vacías ni pasos imposibles: en menos de cinco minutos, y con productos como Flush & Bloom Stick Blush, se logra ese efecto buena cara besada por el sol (y por la vida). Texturas cremosas, fórmulas que cuidan la piel y resultados a prueba de chapuzones.
¿Y en el punto intermedio? Rare Beauty, la marca de Selena Gomez, se consolida como el crush millennial y Gen Z por excelencia. Sus rubores líquidos virales, como el tono Happy, son pura intensidad rosa en formato minimalista, con ese efecto segunda piel que se funde y se olvida (hasta que alguien te dice eso tan bonito de ‘¡Qué buena cara tienes!’).
Lo que une a estas tres marcas -tan distintas y tan rosas- es algo más que un color: es una actitud. Porque hoy el rosa no es cursi, ni aniñado, ni suave. El maquillaje rosa es poder, diversión, ironía, nostalgia y deseo. Es el tono de quienes no tienen miedo a destacar, ya sea con un blush de 70 euros, uno de 25 o una edición limitada que brilla como un holograma.
Así que sí: quizá sea el momento de apostar todo al rosa. Y ganar.