El verano tiene muchas virtudes: luz dorada, tardes largas, baños infinitos. Pero si tienes el pelo teñido, también trae una amenaza silenciosa (y a veces no tan silenciosa): ese degradado naranja que nadie pidió, la textura estilo alga Posidonia o el brillo que se va de vacaciones y no vuelve. Pero no todo está perdido. Aquí van algunos trucos (que sí funcionan) para que tu color sobreviva al verano.

Sol, sal, cloro, viento… el cuarteto del apocalipsis capilar avanza, arrasador, en vacaciones. Lo mejor del verano no tiene por qué ser lo peor para tu pelo teñido.

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  1. El protector solar también es para el pelo

Sí, el SPF no acaba en tu crema facial. El cabello teñido necesita una barrera contra los rayos UV tanto como tu piel. El sol oxida los pigmentos artificiales y puede dejar tu color irreconocible en cuestión de días.

Truco de experto: aplica sprays con filtros UV o aceites ligeros protectores. Busca ingredientes como el Mexoryl o filtros UVB/UVA específicos para cabello. Y, si puedes, añade un sombrero (glamour y efectividad a partes iguales).

  1. Mojar antes de mojar

Antes de entrar en el mar o la piscina, moja tu cabello con agua dulce. Así, las cutículas se saturan de agua y absorben menos sal o cloro. Es el equivalente capilar a llenar el estómago con ensalada antes de lanzarte a la pizza.

Extra tip: lleva contigo un vaporizador con agua mineral (o con un poco de vinagre diluido, si eres de las que se toman el pelo muy en serio) para reaplicar tras el baño.

  1. Después del baño, enjuague exprés

Ni bien sales del agua, busca una ducha. El cloro y la sal no deberían quedarse a hacer sobremesa en tu melena. Aunque tengas que correr con pareo y chanclas por medio camping. Si no hay ducha a mano, recurre al vaporizador de agua mineral con el que ya estás haciendo buenas migas.

Bola extra: si puedes, usa un champú clarificante una vez a la semana o cada diez días para eliminar residuos minerales.

  1. Hidratación sin excusas

El color no sobrevive en un cabello seco. Los tintes levantan la cutícula para fijar el pigmento y eso lo hace más poroso. Si encima le sumas deshidratación, el color se escapa más rápido que tú el último día de oficina.

Solución: mascaretas nutritivas al menos dos veces por semana, mejor si son específicas para cabello teñido y contienen proteínas, pantenol o aceites vegetales. Y, si el día no da para tanto, un acondicionador sin aclarado puede hacer maravillas.

  1. Evita el calor… o úsalo con inteligencia

La plancha y el secador en verano deberían ir siempre de la mano de protectores térmicos, o directamente tomarse vacaciones. Pero si los usas, que sea con control de temperatura. Recuerda: si el sol ya te está cocinando el pelo, no hace falta freírlo tú también.

  1. Modo ‘wet look’ estratégico

El estilo efecto mojado no solo es tendencia, también es una trampa maravillosa para proteger el color. ¿Cómo? Aplicando un bálsamo o crema de peinado desde la raíz hasta las puntas antes de recogerte el pelo. Así lo mantienes bajo control, hidratado y con barrera protectora.