Si hay algo que se repite más que las tendencias de TikTok, son los sustos sobre ingredientes ‘peligrosos’ en cosmética. Un día el ácido salicílico es el enemigo público número uno; al siguiente, el héroe de la exfoliación. La polémica en los ingredientes cosméticos nuestros de cada día está servida.

¿Qué hay detrás de estas alertas? La dermatóloga Dra. Inés Escandell, miembro del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica), separa el mito de la evidencia y pone orden en tres de los grupos de ingredientes cosméticos que más polémica suscitan: despigmentantes, salicilatos y biocidas.

‘La Unión Europea es una de las regiones más activas a la hora de legislar para minimizar riesgos en el consumidor, y la más restrictiva con los ingredientes cuya seguridad genera dudas’, explica la experta. Dicho de otro modo: si algo llega al lineal, es porque ha pasado más exámenes que un opositor.

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La doctora Escandell

Despigmentantes: polémica a medias tintas

El caso de la arbutina es un clásico. Derivado de la hidroquinona, se usa desde hace años para unificar el tono y frenar la producción de melanina. ¿El problema? Que se puede transformar parcialmente en hidroquinona, lo que ha generado dudas sobre irritaciones y toxicidad. Pero el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores (SCCS) lo ha revisado a fondo y mantiene los límites de uso: 2 % para rostro, 0,5 % para cuerpo y 7 % en el caso de la beta-arbutina facial. En resumen: sigue siendo segura.

El ácido kójico también pasó por la lupa europea ante el temor de que actuara como disruptor endocrino. La conclusión fue clara: al 1 % (su dosis cosmética habitual) no hay motivo para alarmarse. Solo dosis absurdamente altas (y en animales de laboratorio) mostraron algún efecto adverso.

Salicilatos: entre el mito y la precaución

El ácido salicílico es un imprescindible en fórmulas exfoliantes y champús anticaspa, pero también ha sido acusado de alterar el equilibrio hormonal. Europa ya limitó su uso en menores de 3 años y ahora se estudia rebajar las concentraciones permitidas entre los 3 y los 10 años, aunque sin cambios oficiales aún. Las cifras sobre la mesa: 0,5 % en productos con aclarado, 0,15 % en ‘leave-on’ y 0,1 % en cuidado bucal.

Otros salicilatos  (presentes en perfumes y filtros solares) también están bajo vigilancia, aunque sin nuevas restricciones más allá de algunos límites para el hexyl salicylate. Es decir, se habla mucho… pero se prohíbe poco.

Biocidas: cuando la limpieza se vuelve demasiado agresiva

El triclosán y el triclocarbán, veteranos de los jabones antibacterianos, son los que más titulares se han ganado. El primero mantiene su límite del 0,3 % en cosméticos, aunque ya no se permite en dentífricos para menores de 3 años. El segundo, el triclocarbán, sí ha visto reducida su concentración máxima al 0,2 % como conservante y al 1,5 % en productos con aclarado. Motivo: prevenir cualquier riesgo de disrupción endocrina.

‘Son ajustes razonables para garantizar al máximo la seguridad del consumidor’, resume la Dra. Escandell.

Cada vez que ciertos ingredientes cosméticos arrastran polémica, conviene recordar que la cosmética europea está entre las más seguras del planeta. No todo lo ‘natural’ es inocuo ni todo lo ‘químico’ peligroso: la clave está en la dosis, la evidencia y la regulación. Y en no dejarse llevar por el último vídeo viral que promete salvarte la piel… o condenarla.