El actor, escritor y activista Enrique Hinojosa Vázquez, conocido con el nombre de Shangay Lily, ha fallecido en la noche del lunes 11 de abril en Madrid, a los 53 años de edad… Malagueño de nacimiento, fue uno de los primeros ‘dragqueen’ españoles en descubrinos este divertido movimiento cultural y estético, a principios de los 90, cuando creó la Shangay Tea Dance, la primera fiesta de temática gay, y ‘Shangay Express’, la primera revista gratuita exclusivamente homosexual. Muy pronto se editará su ensayo póstumo: ‘Adiós, Chueca (Memorias del gaypitalismo: construyendo la marca gay)’.

En recuerdo suyo, os dejo una entrevista que le hice en 1996 para la revista Belleza y Moda, que incluía una producción fotográfica paso a paso con la transformación de un hombre cualquiera en dragqueen, con un antes y después asesorado por la propia Shangay Lily, el personaje delante de la persona que fue.

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¿Cómo convertirse en “drag queen” con la ayuda de Shangay Lily como maestra de ceremonias? Estuvimos con él durante la sesión donde se produjo el milagro, y Cecilio se transformó en Lou Lou La Lune.

Con la primera “drag queen” española como hada madrina todo resultó muy fácil. Shangay Lily, además de enseñar a este país a pronunciar la palabra “drag queen” en 1993, fue la madre de la mayoría de estas reinas de la noche: Selene, Lis Boa, Amnesia, Glamour, etc.

La fiebre de las “drag queen” no ha había hecho más que empezar. En los 90, fueron el movimiento estético más desbordante y tan liberador como los irreprimibles destellos de sus trajes y aderezos. Fueron y son por resplandor propio el centro magnético de la fiesta, las drag arrasan donde van.

Sin embargo, no todo es tan sencillo como cubrirse las cejas con cera, pintarse como una puerta y plantarse una peluca. “Además hace falta talento y mucho arte” me explicaba Shangay Lily en 1996 , “no se trata de un simple disfraz. La verdadera “drag queen” es una estrella con grandes dotes artísticas.”

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Nuestra primera dama drag española, fallecida ayer, fue una excelente anfitriona y organizadora de todo tipo de espectáculos y fiestas. Dirigía un equipo completo de estilistas que actuaba de escuela para muchas de las drag queen españolas. “ Yo lo único que hago es ayudar a dar el primer paso, facilitar las cosas, pero luego cada drag debe desarrollarse por su cuenta”.

Obviando la revolución estética con sesión intensiva de maquillaje y estilismo: plataformas, pestañas postizas, labios al rojo, cutis de porcelana, peluca blanca, joyas y guantes de raso… Shangay pensaba también en algunos detalles para el momento de dar vida al disfraz, desarrollando una personalidad. “Lou Lou La Lune debería ser abstemia, tímida y recatada, la joven Lou Lou asistirá a todos sus compromisos sociales con un termo de té verde, se expresará con refinamiento y su voz de vicetiple ha de estar cargada de un seductor acento parisino. Así nace una drag.”

Hay que tener claro que una “drag queen” no tiene nada que ver con un travesti. “Una “drag queen” no intenta seducir por sexo, pretende seducir a todos pero sólo visualmente” aclara Shangay Lily. Su transformación es sólo estética, jamás recurren a la cirugía ni a las hormonas. Son hombres con una vinculación clara con el movimiento gay, que reivindican su parte femenina recurriendo a la exageración drag y convirtiéndose en una provocación que camina sobre poderosas plataformas, contoneando sus caderas de goma espuma como una starlett de cualquier musical de Broadway. “También hay mujeres drag” dice Shangay, “su inspiración va desde Judy Garland a Liza Minelli, pasando por Mae West o la inimitable Marlene Dietrich”.

Adiós, reina. Gracias por todo.