El embarazo pone la piel en un estado propio. Más reactiva, más caprichosa, más sensible al sol, más proclive a manchas y estrías… El cuerpo se reorganiza para crear una persona nueva, y la piel, que nunca se calla nada, lo muestra.

Héctor Núñez, farmacéutico y divulgador tras el proyecto Cosmetocrítico, lo resume sin rodeos: el ácido azelaico es el mejor sustituto del retinol cuando estás embarazada. Y la explicación es bastante más interesante que el simple ‘esto sí, esto no’.

Los cambios cutáneos en el embarazo son, en el fondo, pura bioquímica aplicada a lo cotidiano. Suben los estrógenos, la progesterona y la hormona estimulante de los melanocitos; la piel produce más pigmento, se vuelve más vascular y el tejido conectivo se relaja porque la relaxina hace su trabajo. Todo esto, sumado a cualquier daño solar previo, abre la puerta al melasma. Al mismo tiempo, la barrera cutánea pierde lípidos y cambia su perfil de ceramidas, lo que deja la piel más reactiva y frágil de lo habitual. Y no, no eres tú: el agua te reseca más, el viento te irrita y ese gel limpiador que antes ni notabas ahora te deja tirante. Bienvenida a la fiesta hormonal.

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Osmofoam, de Cosmetocrítico. Precio: 24,90 euros / 250ml.

En este contexto, la rutina facial necesita un reset. Un limpiador suave que no arrastre lipídicos innecesarios. Antioxidantes para frenar la cascada inflamatoria que favorece las manchas. Niacinamida para reforzar la barrera. Una hidratante con ceramidas, factor natural de hidratación y lípidos que devuelvan equilibrio. Y, por encima de todo, fotoprotección estricta. No existe tratamiento despigmentante que sobreviva sin esa defensa diaria.

¿Y el retinol? Aquí llega el giro. Por precaución, se evita durante el embarazo. Si hay manchas, granitos o quieres mantener un efecto renovador suave, Héctor propone usar ácido azelaico por la noche. Este ácido tiene una virtud muy concreta: es despigmentante, antiinflamatorio y bacteriostático, así que cubre el hueco funcional del retinol sin sus riesgos. Puede resecar un poco, sobre todo en una piel ya mermada en lípidos, así que lo ideal es empezar noches alternas y combinarlo con péptidos si antes lo usabas para firmeza.

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Body Elastic, de Cosmetocrítico. Precio: 36,90 euros / 200ml.

En el cuerpo, la historia también cambia. Las estrías aparecen cuando el tejido conectivo pierde integridad, y aquí lo hormonal influye tanto como la mecánica del estiramiento. Ingredientes como el guarango, extractos de microalgas y aceites vegetales ricos en ácidos grasos (almendra, borraja, chía) ayudan a mantener la elasticidad y la barrera. Lo importante es no esperar a que las estrías aparezcan: la prevención empieza desde el minuto uno y continúa después del parto.

Las piernas cansadas son otro clásico. Evitar estar mucho tiempo de pie o sentada, moverse, activar la circulación y usar productos descongestivos sin mentol puede marcar la diferencia. Unos baños de agua fría en las piernas ayudan más de lo que parece.

Tras dar a luz, la piel necesitará otro cambio de guion. El melasma puede persistir meses o años, dependiendo del fototipo y la exposición solar. Las estrías, una vez blancas, apenas responden a cosmética, pero en el postparto sí se pueden reforzar con retinoides, vitamina C y niacinamida para mejorar textura y color en la fase inicial.

La buena noticia: no hace falta liarse con mil productos. Con un fotoprotector antioxidante y una loción corporal para elasticidad y prevención de estrías ya tienes el grueso del trabajo hecho. Si no hay problemas específicos, la prevención bien planteada es la forma más sencilla de mantener la piel estable durante todo el embarazo.