menopausia y mente

‘Morning sun’, Edward Hopper

La menopausia supone un gran cambio psicológico pero también fisiológico. La menopausia afecta también a la piel y a todo el cuerpo y la mente. No todo son arrugas…

Las hormonas tienen una gran influencia sobre la piel. No tenemos más que pensar en la adolescencia, esa época en la que las hormonas están absolutamente revolucionadas y su signo exterior más evidente es el acné. El otro punto de inflexión, en el que la piel nota los cambios hormonales de manera más importante, es la menopausia.

Según un estudio promovido por los Laboratorios Allergan, realizado en mujeres españolas italianas, inglesas, francesas y alemanas, y presentado en el Congreso Mundial de Medicina Antienvejecimiento de Montecarlo, el 87% de las mujeres nota cambios específicos en su piel durante la menopausia.

menopausia cambios piscológicos

La menopausia supone un cambio importante, no sólo desde el punto de vista fisiológico, también psicológico. Los efectos pueden manifestarse desde antes de que comience y varían dependiendo de cada mujer, pero según arrojan los resultados de este estudio, los cambios en la piel afectan a todas las mujeres y como regla general, la mayoría nota la piel más seca y deshidratada y un aumento de las arrugas.

Aunque bien es cierto, que según estos datos, la mayoría de las mujeres no piensa en las consecuencias sobre su piel que tiene la menopausia, porque suficiente tienen con lidiar con los sofocos.

Pero la realidad es que, con la llegada de la menopausia aumentan las arrugas y las líneas faciales, la piel pierde elasticidad y se afina, aumentan las manchas…, por eso, los cuidados de la piel deben extremarse en esta etapa de la vida.

menopausia y arrugas

Aunque es un proceso natural, contra el que no podemos luchar, sí se pueden llevar a cabo una serie de gestos y pautas que mejorarán el aspecto de tu piel. Unos gestos que serán todavía más efectivos si te acompañan desde joven y durante toda la vida.

Puedes favorecer la renovación de las células con una alimentación sana -rica en vitaminas y antioxidantes, que ayuden a luchar contra los radicales libres-, bebiendo el suficiente agua, durmiendo las horas necesarias, haciendo deporte y utilizando protección solar todo el año, no sólo cuando el sol más aprieta porque en esta etapa.

Y por supuesto, no abandonar nunca dos mandamientos fundamentales para tu piel: la limpieza y la hidratación.