Hombres, quien nos ha visto y quién nos ve. Hasta hace bien pocos años nuestro canon de belleza estaba bastante limitado, no se buscaba nada en especial y lo que se llevaba era el hombre muy macho, tirando a peludo, un poco echado para adelante y no  especialmente detallista con las mujeres. El prototipo de seductor y galán español estaba en manos de Alfredo Landa, hoy la cosa por suerte es muy diferente.

Como era de esperar los tiempos fueron cambiando muy deprisa y a todos los niveles. Y como no podía ser menos también se produjo un cambio radical en el hombre. El hombre que se buscaba ya no tenía que ser muy macho, ni tener pelo, tenía que poder llorar y expresar sus sentimientos. Se acuñó un nuevo término para designar este tipo de hombre metrosexuales hombres cuyo aspecto físico estaba perfectamente cuidado, muchas horas de gimnasio, totalmente depilados, se gastaban en cremas y lociones lo que hiciera falta, tardaban en arreglarse más que sus parejas incluso parecían más delicados. Nos habíamos ido al otro extremo.

Ahora son los varones de 50 años los que marcan un nuevo canon de belleza, los “retrosexuales”, un tipo de hombre no necesariamente guapo pero sí muy varonil y fuerte. Son heterosexuales, casados o solteros, monógamos, fieles, y no se ocupan tanto de su aspecto personal. Se cuidan pero sin llegar a perder la masculinidad de su rostro, sin ser esclavos de su imagen. Buscan sentirse bien pero sin perder su esencia masculina. Destacan por su elegancia y madurez. El retrosexual es la prueba de que los hombres y las mujeres están cambiando sus formas de relacionarse para encontrar un punto de equilibrio y no perder sus espacios ni libertades logradas hasta ahora. Entre los más destacados están George Clooney, Harrison Ford, Kevin Costner, Mel Gibson, y los Hugh por un lado Grant y por el otro Laurie (el doctor House). Y respecto al producto nacional, Javier Bardem es quien mejor nos representa.

Históricamente siempre se ha creído que eran las mujeres las que dedicaban más tiempo, dinero y esfuerzo en eso que llamamos belleza, pero según una encuesta que ha realizado Allergan a 5.500 hombres europeos entre los 21 y 59 años de edad, a los hombres les importa mucho más su apariencia de lo que podría pensarse, incluso en muchos casos, más que a las mujeres. El estudio demuestra que cada vez hay más hombres que mujeres que piensen cada semana en someterse a un tratamiento inyectable o estiramiento facial para mantener la piel hidratada. En España este dato refleja un 16% de las mujeres frente al 14% de los hombres, sólo un 2% de diferencia.

Y si nos comparamos con el resto de europeos, los españoles estamos a la cabeza en cuanto a la preocupación por la piel y el cutis (85%) seguidos por los italianos (82%), los franceses (76%) y alemanes (71%). El envejecimiento de nuestra piel también es un problema que nos preocupa aunque son los italianos los que más sufren por este tema (91%) frente a un 86% de los nuestros.

La gran mayoría de los hombres encuestados se muestran más preocupados por la flacidez de la piel que por las canas o la calvicie. La pérdida de elasticidad de la piel y las manchas que aparecen con la edad les suponen un problema estético. Al hombre de hoy según el Dr Sierra (Clínica Deam, Madrid) le preocupa perder su masculinidad por eso en sus intervenciones buscan quedar muy naturales. Quiere corregir los rasgos excesivamente duros de la cara como pueden ser las arrugas de expresión muy pronunciadas en entrecejo y frente o los surcos nasogenianos muy profundos e hidratar la piel. No se tocan pómulos ni mejillas (salvo casos excepcionales) y tampoco los labios. Por lo tanto, para esas pequeñas correcciones se tratan con toxina botulínica, ácido hialurónico, vitaminas, peelings….