Cara
“Fumar es un placer genial, sensual…” Eso debía ser antes. Ahora el tabaco y la contaminación son venenos para la piel. Afortunadamente, la cosmética te echa una mano.
El tabaco y la contaminación son dos de los factores que provocan daño en la piel. Estos dos agentes externos, junto con la radiación solar (incluyendo la luz ultravioleta), la nutrición, el estrés, la temperatura y la falta de sueño forman nuestro exposoma. Son la “suma total de los múltiples factores de exposición que llenan la vida de una persona desde su nacimiento”, afirma la doctora Ana Molina, dermatóloga en el Hospital Fundación Jiménez Díaz y profesora de Dermatología en la Universidad Autónoma de Madrid.
Productos ecológicos y artesanos. Así es Vivencia Natural Skin Care, la firma cosmética de Nora de Liechtenstein, la princesa suiza afincada en Extremadura.
El ayuno de cosméticos o, lo que es lo mismo, dejar la piel en barbecho, descansando de cremas y otros afeites está empezando a circular por ahí como una nueva tendencia. ¿Es verdad o sólo una moda?
A veces, como ya no saben qué nuevas tendencias poner de moda, se sacan de la manga alguna que no tiene ni pies ni cabeza. Eso es lo que está pasando ahora con el ayuno de cosméticos. Algunas influencers (ya estamos con la palabrita) han pasado de ponerse miles de potingues a no hacerse nada, ni limpiarse al piel.
¿Qué os podemos contar del ayuno de cosméticos?
Masajes faciales que aportan luminosidad, relajan la musculatura y reafirman los tejidos. Hoy os recomendamos dos masajes con acento oriental: Ka-Zumi, de Oxigen, e Ikigai Massage, de Carmen Navarro.
Unas buenas manos son un regalo para la piel. Y los masajes faciales son una bendición cuando el estrés o el cansancio asoman por tu vida. Un buen masaje facial te eleva, casi te hace perder el conocimiento y sales ligera, luminosa y renovada.
Por eso, los masajes faciales Ka-Zumi e Ikigai son lo que tu piel está pidiendo a gritos para ver en el espejo la mejor versión de ti misma.
La belleza del oro es un clásico de las navidades. Las firmas cosméticas y de maquillaje abren el cofre del tesoro y nos inundan de maravillosas de propuestas para la piel.
No se trata solo de productos y packagings que brillen como el metal precioso (que también). En realidad, los poderes de los 24 quilates los han convertido en un ingrediente clásico en la cosmética. La belleza del oro se conoce desde hace siglos. “Antioxidante por excelencia, su función antiaging como neutralizante de los radicales libres es conocido desde la antigüedad. Reinas como Cleopatra (que desconocía qué eran los electrones de oxígeno díscolos), ya lo utilizaban para embellecer su piel)”, recuerda la esteticista Carmen Navarro. Seguir leyendo…