“Los últimos serán los primeros”, lo vintage es el nuevo no va más y el aguacate resiste el envite de los sofisticadísimos ingredientes activos de última generación.
El aguacate es más que una fruta fotogénica, más que un hashtag e incluso más que un estado mental. Su verde y untuosa pulpa está cargada de vitaminas E y B, carotenoides y grasas poliinsaturadas ‘buenas’, lo que le encumbra a la posición de aliado perfecto de la salud de la piel y el pelo cuando se aplica por vía tópica. Es decir, en formato de gozosa mascarilla casera de capa gruesa, olor rico y precio descacharrante.
Son muchas las caras conocidas que se plantan el emplasto verde como si fueran Jim Carrey en La Máscara y comparten la foto en sus redes sociales. Pero sin duda alguna la más popular es Kim Kardashian, quien ha realizado la mayor campaña (improvisada) del aguacate a base de recetas de pudding, batidos, mascarillas y demás mandanga buena, antioxidante y verde.
Porque si de algo sabe nuestra rocambolesca chica de oro es de eso, de convertir en oro lo que toca y de guiar a las masas por el camino de la imitación. Y, oye, cuando la idea es buena, por qué desoír esa llamada…