Atrás quedaron los tiempos del alisado japonés y otros alisados a base de queratina que arrasaban en los salones de peluquería como tratamiento fetén para alisar el pelo.
¿Qué melena rizada o encrespada no se ha dejado seducir por los mimbres del alisado brasileño? Esta técnica, importada del país carioca, cumplía de forma impecable la misión de alisar el pelo más ensortijado, proporcionándole las deseadas languidez, manejabilidad y brillo.
Todo un sueño capilar, amenazado por un único (pero definitivo) enemigo: el formol. Cientos de melenas resecas como el mocho de una bruja no dejaban mucho espacio a la duda: algo no iba bien con la queratina. Tampoco la FDA se quedó de brazos cruzados, y terminó prohibiéndola mientras se buscaban versiones más saludables en el laboratorio. Entre tanto, otros actores han entrado en escena para cumplir nuestro más íntimo sueño. Ese que pedimos cada noche a una estrella fugaz (junto con la paz en el mundo), de alisar el pelo con toda la garantía de reconstrucción, nutrición, hidratación y mimo que una desea para su pelambrera. ¡Porque tú lo vales!