Un baño caliente contra el estrés provocado por la fatiga pandémica o del tipo de que sea. No tiene contraindicaciones porque es una solución tan natural como el agua donde remojas esas emociones que te llevan a la crispación, la ansiedad o la depresión.
El baño en ofuro es un ritual japonés ancestral que busca la relajación del cuerpo y de la mente como la mejor sesión anti-estrés y sin salir de casa.
Templa tus emociones y alcanza la clama con un remedio casero que incluye aromaterapia de cedro. Aunque si no tienes la bañera adecuada, bueno será echar unas gotitas de aceites esenciales calmantes: lavanda o incluso cedro u otros aromas amaderados.
Contemplar Japón desde la perspectiva occidental es siempre fuente de asombro, admiración y perplejidad. El ‘imaginativo’ país que la globalización ha convertido en vecino es rico en tradiciones curativas que, casualmente, suelen transcurrir en el contexto de un baño inundado en vapores, sales, plantas, accesorios insólitos y mucha, mucha agua. Es el caso del baño en ofuro, la ‘terapia’ a través del agua que consiste en darse un baño en bañera de cedro.
En este lado del mundo no es que se ignore o desprecie el poder sanador del agua, pero el giro nipón tiende a ser más sofisticado, con ese punto que alía el pensamiento mágico y el materialismo racional que lo hace, de nuevo, tan interesante para un observador accidental (y occidental). En Japón, ritual del baño trasciende el bienestar o la higiene: es una concepción chamánica.
Hoy nos sumergimos en un baño en ofuro en aras de abrir la mente y sanar nuestras pupas espirituales… Vente conmigo, que la bañera tiene fondo.
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