Micro-encuesta a pie de calle: cuando usted, (persona) adulta hecha y derecha, ve un anuncio de la conocida marca Axe, ¿en qué piensa?
- En la división binaria y profundamente sexista de géneros. Para la firma propiedad del gigante Unilever, la adolescencia masculina se resume en un relato falocentrista, heteruzo y bastante tristón.
- Son spots divertidos, con una segunda lectura irónica (tiene que haber ironía en todo eso), inocentes a la postre. Y están bien hechos, hay presupuesto detrás y se nota. Es como ver el fuego, sabes que es destructivo pero no puedes dejar de mirarlo. Ponme otro vermú, haz el favor.
- No tengo ni idea de a qué huele uno sólo de estos productos, pero si tecleo Body Spray Axe en Google aparecen una jartá de derivados de “sudor frío mareo causas” ciertamente sospechosos. Algo huele mal en el niñato irreverente y contestón de Unilever.
Si tu respuesta es una posmoderna mezcla de las tres con inclinación a la reticencia, démonos las manitas y bailemos el corro de la amistad. Hay algo feo en Axe, algo salvajemente capitalista y perverso que trasciende, incluso, la comedura de tarro al vulnerable segmento de los adolescentes. No es un enjuiciamiento moral, líbrenos dios de tales divertimentos. Hay algo más.