Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar.
Aunque te parezca muy 2015 seguir hablando de barbas hípsters, lo cierto es que la barba y las barberías siguen irrumpiendo en nuestras ciudades principales y secundarias sin distingos de edad, clase, estado civil, creencias religiosas, intención de voto o sexo (bueno, esto último sí).
Las últimas en llegar, las de Provalliance, grupo líder en Europa y España en salones de peluquería, que ahora prueba suerte en la cosa del negocio tradicional –pero moderniqui-, fresco y con ese toque canallita a la par que muy Instagram, con tres barberías distribuidas a lo largo y ancho de nuestro país. Las claves, lujo, comodidad y tendencia, lo que el hombre de hoy en día demanda a grito ‘pelao’, así como la experiencia de arreglarse los pelitos que le salen a uno de la cara con toda clase de ceremonias: diagnóstico, lavado, corte y peinado. Todo sin rascarse tanto el bolsillo como estás pensando, que te conozco; ya sabes que la ‘tasa azul’ todavía ofrece cierto margen de maniobra al ser humano masculino. ¡Todavía!