Pasaste la adolescencia lidiando con el acné y, cuando creías haberte librado por una simple cuestión temporal (‘el tiempo lo cura todo’, ya lo dice la sabiduría popular), hace ¡chas! el acné “de la mujer adulta”. Una situación dermatológica que cada vez es más habitual.
De apariencia menos virulenta que en la adolescencia, el acné de la mujer adulta se caracteriza por su aspecto inflamado (granos rojos) y por la localización en la zona U de la cara (mentón y cuello). A este cuadro hay que añadir las manchas hiperpigmentadas y las cicatrices, que afectan a más del 60% de las mujeres adultas con acné. Las consecuencias no se ciñen a lo superficial: según un estudio epidemiológico realizado por Ducray, el 75% de las mujeres adultas afectadas experimentan frustración y síntomas de depresión y ansiedad por este problema estético.
Y la pregunta que todas nos hacemos es, ¿hay manera de acabar con el acné de la mujer adulta? La respuesta es sí, existen varias soluciones.