La sinergología tiene la respuesta. Los picores en la cara no tienen nada que ver con una dermatitis atópica, una erupción cutánea o con que te haya picado un bicho. Detrás de un gesto de rascado nervioso hay una intención, consciente o no. La no consciente es el objeto de estudio de la sinergología, una disciplina que examina la comunicación no verbal.
El hecho de que veas a tu interlocutor rascarse la nariz o cruzar los brazos puede decir mucho de él, pero no te fíes mucho solo de una señal. Existe una disciplina que estudia los movimientos y las microrreacciones corporales realizados de manera no consciente o semiconsciente. Se llama sinergología y es algo mucho más amplio que el propio lenguaje corporal.
La sinergología trata efectivamente del lenguaje corporal, pero no de un signo aislado, como los picores en la cara mientras hablas con una persona, sino del conjunto de esos pequeños o grandes gestos. Esas muecas, una vez decodificadas por un experto, revelan mucho de cada uno de nosotros. El hecho de que tu compañero de trabajo se rasque una ceja mientras habla contigo no quiere decir que te está mintiendo; o si cruza los brazos, que está a la defensiva. Esta disciplina va más allá de la comunicación no verbal porque se concentra en la parte del lenguaje que no controlamos, ya sea un toqueteo de pelo, un cruce de piernas o cómo nos sentamos en la silla. ¿Y para qué sirve? Ya se está aplicando en el campo profesional, como en recursos humanos, aunque tiene aplicaciones muy variadas en muchos entornos.
Prestad atención a lo que explica en este vídeo Eva García Ruiz, experta en sinergología y comunicación corporal.