Con estas elevadas temperaturas, cuando el calor se vuelve insoportable, las pieles sufren deshidratación. En efecto, el calor aprieta y el rostro pierde su equilibrio natural. Sentimos tirantez en la cara y falta de confort.
Si te encuentras lejos de la piscina o de la playa y no quieres sucumbir ante el sol, te vamos a proponer un remedio, que será muy fácil tener a mano.