¿Se te van mucho los bolos?
Primero fueron Hilary Duff, Vanessa Hudgens y la Reina Máxima de Holanda, dinámicas jugadoras en sus respectivas cuentas sociales. Después, Elsa Pataky terminó de apuntalar la moda de jugar a los bolos compartiendo una partida con sus hijos, forma de ocio ciertamente extendida entre el común de los mortales.
Pero no es cosa de hoy esta andadura ‘publicitaria’ improvisada. En películas como Grease, El Gran Lebowski, Los Picapiedra, Vaya par de idiotas o Buffalo ’66, el clásico juego de bolos sirve de escenario a escenas clave.
Algo tienen los bolos cuando los bendicen. Las pistas parecen poseer cierto ‘efecto diván’ que da pie a toda clase de conversaciones confesionales e íntimas, ya sea entre personajes de ficción como entre los que ocupamos la llamada vida real. Por no hablar de otras ventajas, que citamos a continuación.