Alza la vela y alumbra bien el rumbo: nos encaminamos a tope y sin frenos hacia la Navidad.
Ya está aquí, ya llegó… llena de luz y buenos aromas fundidos en una vela. ¿Lo ves? Es la silueta de la Navidad que se deja entrever en un horizonte muy cercano. Pronto nos sumergiremos en la tradicional vorágine de reencuentros, compromisos, compras, comidas, resacas, alegrías, sinsabores y diatribas que ofrece este bonito momento del año con fortísimo arraigo cultural y un sinfín de significados.
Cada año, las marcas se devanan los sesos para implementar la estrategia de marketing más eficiente y elaborar un producto en edición limitada que resuma nuestras expectativas sobre la Navidad. Y para ello no hay como una vela perfumada, uno de esos artículos accesorios que terminan convirtiéndose en necesarios en cuanto se descubren y disfrutan sus bondades…
Prende la mecha y dale candela al asunto, porque esto ya no para hasta febrero.