Volvamos la vista atrás, concretamente a 1760 en Inglaterra. El año que asistió al inicio de la Revolución Industrial conocería otra conmoción, en este caso de carácter estético y llamada a perdurar hasta nuestros días. Es el nacimiento de Creed, una de esas maisons de perfumería construida a base de valores como la tradición, la búsqueda de la excelencia, el lujo, el saber hacer… Todo eso que se hace indispensable cuando tu enseña ha sido la proveedora oficial de la corona inglesa y la favorita de Napoleón III o la Emperatriz Eugenia de Montijo. ¿Escucho voces rebeldes, quejas sobre la monarquía y sus graciosas veleidades? Quédate entonces con otros usuarios que ya son como de la familia: Paul Newman, Grace Kelly, Frank Sinatra, Julia Roberts o Meryl Streep, entre otros –hablando de excentricidades, Michael Jackson tuvo su propia colección Creed creada exclusivamente para él-.

Erwin Creed, séptima generación de la familia
Florales, frutales, Chipre, amaderados, gourmand… Ninguna familia olfativa se resiste a la creatividad de la gran familia Creed. La firma maneja actualmente unas 45 referencias, y esta semana ha presentado en Madrid tres novedades de la mano de Erwin Creed, séptima generación de la estirpe y quien nos explicó intríngulis de manejo de las materias primas o su admiración por el talento de su padre, mientras mojaba con salero (es decir, con charme) las mouillettes. “Prefiero no recitar las notas, es aburrido y no aporta demasiado. Es mejor que os trasladéis adonde os lleve el aroma”.
Los Creed, definitivamente, son otra historia.