
Foto de Alexey Nikishin
Son muchos los signos que delatan exteriormente que algo no funciona en nuestro interior. Una situación embarazosa, un disgusto o situaciones de estrés, tienen su reflejo directo en la piel, empezando por un simple sonrojo, o un exceso de sudor, y acabando, por ejemplo, como es mi caso, en un eczema, cada vez que vivo un momento de estrés importante, no falla. La frágil armadura que recubre nuestro cuerpo es la delatora de nuestras emociones, un sofisticado termostato que refleja la ansiedad, la depresión o cualquier asunto que nos preocupe. Según la Organización Mundial de la Salud, en 80% de las enfermedades de la piel tienen origen somático.
La Clínica Ordás ha diseñado un protocolo holístico para tratar los problemas de la piel desde todas las perspectivas: el tratamiento médico, el consejo nutricional y el coaching. Seguir leyendo…