Fuera gordofobia y complejos corporales. Este año soñamos con una operación bikini en la que todos los cuerpos se consideren aceptables, sean gordos, delgados o normopeso.
¿Hablamos de gordofobia? En septiembre de 2020, Gareth Pugh presentó un proyecto multidisciplinario llamado The Reconstruction. Un álbum visual en el que participaron diversas figuras de múltiples áreas: músicos, artistas, intérpretes, modelos… Gente dispar unida por un común denominador: poseer (y reflejar) un punto de vista. En palabras de Pugh, “la clase de gente con que la querrías pasar el rato o tener a tu lado en una pelea”.
No es que fuera expresamente dedicada a la gordofobia, pero cuando contemplo la imagen de Jade’o’Bell, de rara y oscura belleza (la imagen, no ella), al estilo clásico de las Venus, y propia de algún futuro utópico en que una ‘gorda de las galaxias’ nos sacara a la pista de baile, siento satisfacción. La amplitud de miras y de cánones equivale a una sociedad más inclusiva, una sociedad cohesionada, emocionalmente más estable, en la que cada uno de sus miembros encuentra representación. Si es que tal cosa es posible, porque son los márgenes y los ‘monstruos’ que los habitan quienes dan al resto la medida de su ‘normalidad’.
Hace tiempo que marcas de moda ‘mainstream’ como Mango, y de belleza como M·A·C apuestan por incorporar a su imaginario opciones que apelen a un público más amplio. Lo más transgresor siguen siendo las cuestiones de género, seguidas muy de cerca por la gordura, especialmente la femenina.