
Imagen: queciencia.
Un informe laboral revela que los empleados con sobrepeso rinden menos. Además de la tara social que supone ser gordo, encima serán los primeros candidatos a un despido laboral.
Los gordos son marginados sociales igual que los feos o los fumadores o las mujeres que no se maquillan las ojeras con corrector. Ahora que la imagen perfecta es posible hay que seguir siendo jovenes a los 65 años para dar un buen perfil laboral y seguir tan pizpireta como siempre. La imagen estética es ya una cuestión de salud pública. Menos mal que los médicos nos quitan las arrugas y nos estiran el mentón. Las caras viejas éstán peor vistas que nunca, las mujeres prefieren seguir metiéndose Botox para congelar los gestos y el panorama se ha llenado de caras raras y cuerpos rígidos y esbeltos sin edad definida que se resisten a dejar el paraíso de la eterna juventud.

No fumes, no bebas y no comas en exceso porque te puedes volver gordo o gorda, y todo eso sólo te va a traer muchas preocupaciones en el futuro. Sigue respirando en la ciudad como Val Kilmer entrado en kilos representa el papel de perdedor de barriga cervera tan bien representado en las superproducciones de Hollywood de regreso al futuro al apolíneo Spiderman por poner un ejemplo de un superhéroe cualquiera. ¿Superhéroe o Superviviente?
El presidente de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo, Francisco Fornés, ha advertido que la condición física está cobrando tal importancia en las empresas que incluso «se ha convertido en un elemento clave en los procesos de selección».
Lo cierto es que en nuestro país, orgulloso de su dieta mediterránea, la población come cada vez peor, es más sedentaria y, como consecuencia de ambos factores, se disparan las enfermedades ligadas a la dieta y la falta de actividad física. Todo esto se acelera por la crisis que está llevando a los trabajadores a frecuentar, en mayor medida, los restaurantes de comida rápida. Un 13% de la población española tiene problemas de obesidad y otro 39% presenta sobrepeso. Las cifras totales son alarmantes, le sobran kilos y le falta salud a un 52% de los ciudadanos, una cifra más abultada que la de los países del Norte de Europa, pero todavía menor que la que presentan Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Eso no sirve de consuelo.
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