
Jared Joislin
Tengo que confesarlo: estoy viviendo un idilio que me tiene en vilo. Enamorada como pocas veces, la sola mención de su nombre genera un estallido de fuegos artificiales en mi cabeza, el deseo de posesión se apodera de mí y siento el imperioso anhelo de empaparme de pies a cabeza con su poderosa esencia. Mi rostro acusa las señales de este romance, resplandeciente como nunca y con el aspecto relleno y terso propio de este feliz estado de gracia. Que nunca nos separe nada ni nadie, querido ácido hialurónico, que ningún otro producto ose no contar contigo y que mantengamos una relación duradera e igual de fructífera. ¡Me gustas!
No debo ser la única novia –aunque sí de las más fieles-, puesto que raro es ya el lanzamiento que no incluye ácido hialurónico en su formulación.
Esta sustancia, que en los seres humanos se concentra en las articulaciones, tiene la propiedad de retener agua en un porcentaje miles de veces superior a su peso. Es, junto con el colágeno y la elastina, el tercer elemento fundamental de la Matriz Extracelular de nuestra piel y el más potente agente hidratante conocido.
Inyectado, se emplea en los cócteles de mesoterapia como sustancia biocompatible -y absorbible- de relleno que hidrata y reconstruye las fibras que sostienen los tejidos de la piel.
Como uso tópico, es una fantástica sustancia hidratante y por tanto antiarrugas, capaz de combatir los radicales libres y de favorecer la formación de colágeno.
Si estás decidida a entregarle tu corazón, tu confianza e invertir en él unos dinerillos, te recomiendo los siguientes productos.
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