Volver a la pelu y probar un tinte vegano con amoníaco en el nuevo salón de Ángela Navarro fue decir adiós a las canas anaranjadas. Mi melena era un muestrario de mil y un tonos dudosos debido a la superposición de henna, barros y coloraciones naturales caseras. Después de tantos días de confinamiento y tantos tintes diferentes necesitaba recuperar el tono capilar.
Dar en la diana del color requiere un poco de química, y un tinte vegano puede tener como máximo hasta el 6% de amoníaco para conseguirlo. Tal y como establece la directiva cosmética europea este porcentaje no debe sobrepasarse para prevenir alergias en el cuero cabelludo.
Aunque los tintes con amoníaco tienen muy mala prensa, no es el león que aparece en la caja de Pulp Riot tan fiero como lo pintan. Existen componentes químicos más dañinos pero menos conocidos como el PPD o parafenilendiamina y el PTD o paratoluendiamina, entre otros.
Porque como ya os hemos contado en Belleza Pura no todo lo vegano es orégano, la química es vegana.