Instagram prohíbe enseñar el pecho desnudo al natural, pero no insinuar. Se deja vía libre a todo tipo de escotes por muy exagerados que sean. De hecho las imágenes con más likes suelen ser de chicas con grandes escotes, pero mientras no enseñen algún pezón parece que todo está genial.
La popular telaraña social censura los pezones femeninos mientras que alaba los escotes con canalillo y los productos adelgazantes.
A Instagram no le gustan los pezones, por mucho que nos empeñemos. Al parecer, ofenden su delicada sensibilidad y deben eliminar la publicación para evitar este impacto a otros usuarios. Pero, eso sí: sólo si puntean las mamas femeninas y no forman parte de una campaña publicitaria. Si son mamas de interés comercial o de hombre, no son pezones.
Instagram nos protege de nosotras mismas. Nos cuida y nos sueña jóvenes, guapas, delgadas y recatadas. O, en cualquier caso, influyentes embajadoras de marcas. Por ello, elimina los pezones, pero consiente que celebrities como Khloe Kardashian, Cardi B. o Iggy Azzalea promocionen batidos placebo con los que perder mucho peso en tiempo récord (‘porque no siempre puedo cuidarme como debería’), fajas que te comprimen los higadillos (‘porque no siempre da tiempo a ir al gimnasio’) o cualquier otro invento que transmita a las mujeres que sus cuerpos no son válidos. Inventos que, lejos de hacerte sentir poderosa y segura, te van haciendo la vida menos divertida, más incómoda, más opresiva. Menos libre.
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