La cosmética canadiense, The Ordinary, elaborada sin parabenos ni sulfatos ni aceites minerales y animales cambia de manos y se va con quien ya era su socia desde 2017, la estadounidense Estée Lauder.
The Ordinary, The Abnormal Beauty Company (la compañía de belleza anormal, como gusta llamarse), ha sido comprada por 2.200 millones de dólares -1.800 millones de euros- por Estée Lauder. Casi nada.
La operación de compra se ha cerrado hace unos días. Estée Lauder ya tenía una participación del 29% en The Ordinary. Ahora llega al 76%. Se prevé que en 3 años se haga con todo el capital. Como afirma su CEO, Nicola Kilner, era la empresa con la que soñaban. En 2017, Brandon Truaxe, el fundador, decía: “Hace meses que nos dimos cuenta que no podíamos soportar mucho tiempo más el crecimiento de Deciem (la marca madre de The Ordinary y de otras 5 marcas) sin la ayuda exterior. Las empresas Estée Lauder abordaron esta inversión de la manera más inesperada y con más amor del que jamás podría expresar con palabras. El equipo de ELC nunca cuestionó nuestros márgenes, nuestra estrategia de precios, nuestros planes futuros o nuestra disrupción; lo aceptaron todo”.