Lo primero que siente una mujer al saber que está embarazada, siempre que lo deseara, es alegría e ilusión. Después llega la avalancha de ansiedad propia de quien va justita incluso con dos sueldos, es decir, de la mayor parte de España. ¿El bebé necesitará muchas cosas? ¿Iré cargada como un sherpa incluso en mínimos desplazamientos? ¿Me voy a arruinar y terminaré bajo un puente, con mi prole agarrada a mi teta desnuda?
La respuesta es no. No, porque no vamos a comprar todos los plásticos innecesarios que ha previsto el mercado para hacernos, teóricamente, la crianza más fácil (y la casa menos espaciosa). Los bebés tienen un mecanismo sencillo e intuitivo, y necesitan muchos menos gadgets de los que se nos ofrecen como la panacea para periodos de ¡meses!
Comparto con vosotras los que me parecen imprescindibles para el primer año, obviando pañales, toallitas, gasas y cosméticas varias. Vamos a por los complementos realmente útiles para una crianza sostenible, sensata y tan eficaz como la más rodeada de inventos.
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