El nuevo maquillaje de Lancôme no es un polvo compacto. Tampoco una base fluida. Y tampoco un novelón, aunque huele a best-seller. ¿Qué es entonces, pardiez?, les oigo implorar desde sus casas esperando que anuncie un milagro.
Y más o menos por ahí va Miracle Cushion. A vista de pájara vieja, es canela comercial en rama. El nuevo juguete de la beauty hunter de pro, la que no se pierde una novedad molona que le soluciona la vida: una porosa esponja impregnada de fluido. De este modo, el producto goza de una textura refrescante, etérea, ligera y prácticamente flotante cubriendo a la perfección. Lo he probado y me ha parecido fantástico. A las cualidades del maquillaje Lancôme, se añade el ingenio de este sistema y la economía de gestos de su aplicación. Bienvenidas a la nueva era.