Doña Letizia siempre fue muy mona, y ahora con sus retoques y operaciones se ha convertido en la nueva reina de la belleza. Realmente, ella tiene unos ojos preciosos de un verde nebuloso, gran sonrisa con dientes cuidados, piel fina… No veo necesario que aquella Letizia presentadora de la tele comenzara una espiral de operaciones, hialurónicos, botox y retoques a troche y moche hasta convertirse en Princesa de Asturias y después reina. Y lo digo porque, tras enumerarlos, ¿qué deja la flamante consorte para los cincuenta o los sesenta?
Pasemos revista. Se dice que cuando aparecía en la tele con Alfredo Urdaci ya se había operado del pecho; es verdad que llama la atención un pecho tan grande ante una delgadez tan extrema. Lo que sí se había aumentado -como una gran mayoría de locutoras de la tele- son los labios con ácido hialurónico. Todos estamos de acuerdo en que el día en que se ‘configuraron los astros’ y más guapa y favorecida la hemos visto fue en la boda de los príncipes de Dinamarca, con aquel vestido rojo de Caprile y moño con ondas. Espléndida presentación en sociedad. Aún no se había operado, por entonces, de la nariz y reducción de mentón. Esperaba mantener en secreto esta intervención con el doctor Antonio de la Fuente en la clínica Ruber Internacional, pero una aparición inesperada en un funeral militar dejaba ver un rostro aún hinchado. No está confirmado que de la misma se ‘pegara’ un poco las orejas a la cabeza, aunque lo parece. Seguir leyendo…