Lo llaman boyish y consiste en que una mujer se vista de hombre.
Si lees sobre moda o te metes en redes sociales, probablemente te hayas topado con los términos boyish, tomboy o incluso el –más ramplón- unisex. Básicamente todos consisten en lo mismo: mujeres ‘apropiándose’ del vestuario tradicionalmente masculino, como los trajes de chaqueta, el smoking, las corbatas, pajaritas, chalecos, tirantes y otros accesorios, en una suerte de ejercicio rupturista que siempre está cargado de mensaje.
A lo largo de la historia han sido muchas las féminas que han decidido adoptar una indumentaria masculina, ya fuera para lograr unos objetivos que la sociedad les negaba como mujeres, para imponer autoridad en sus círculos profesionales o por cuestiones ligadas a la estética o la simple y llana comodidad. Seleccionamos algunos looks de estas pioneras.