Generar expectación es el ABC del marketing. En junio de 2015, un Marc Jacobs dispuesto a ampliar target anunció su Decadence presentando a la que sería su musa, Adriana Lima. En otoño, con vistas a las ventas de Navidad, asistimos al definitivo lanzamiento de la fragancia, protegida por un bonito envase con forma de bolso en tono verde esmeralda, tapón con textura de piel de pitón, cadena dorada y coqueta borla como remate. Sin duda, un objeto digno de cualquier colección de frascos de perfume. ¿Y la fragancia? Un –otro- aroma gourmand denso y dulce, muy alejado del resto de la colección Marc Jacobs por su carácter nocturno y sofisticado.
Nuevo icono femenino y nueva caligrafía olfativa para conquistar al segmento “impulsivo, sofisticado, conocedor de las tendencias de la moda y con actitud urbana”, en palabras de la firma. ¿Lo habrá conseguido?