Desde Japón nos llega el sanpaku, término que alude a los ‘tres blancos’ que se pueden identificar en algunas miradas.
Sanpaku se nace. Y, después, se rodea del malditismo que impregna la leyenda milenaria sobre una de las cualidades fisionómicas más inocentes. Aunque quizá sólo en apariencia… ¿Tres ‘vacíos’ en los ojos? (enter risa diabólica). Terreno abonado para amantes de la pseudociencia que echan a volar su imaginación cuando se cansan de leer los posos del café o los pliegues inguinales.
Yendo a la diana del sanpaku de marras, consiste en poseer tres espacios blancos en torno al iris. El significado varía según la posición, por encima o por debajo. En cualquier caso, tener tanto blanco en los ojos no parece ser propio de gente de orden para nuestros amigos del lejano Oriente. La tragedia, sostienen los adivinos nipones duchos en saberes arcanos, ronda como un mosquito en una tarde de verano a las personas que poseen esta retracción palpebral que se traduce en párpados más abiertos de lo común.