Pero, ¿existió alguna vez la operación bikini? Este año, cambiamos la operación bikini por la operación bienestar.
En esta santa casa, que es la tuya, siempre hemos entendido la operación bikini como una ‘puesta a punto’ placentera, empoderada y orgullosa. Nuestra recomendación es mantener una saludable distancia mental de las presiones (auto) impuestas por adelgazar -si no es por motivos de salud-, por estar más firme, o por tener más o menos pecho. Cuidarse todo el año bajo la regla del 80 / 20 (80% disciplina, 20% indulgencia) suele ser una excelente receta para mantener el imperio físico sin casi darse cuenta ¡y disfrutando con ello!
Este año, aunque por las razones equivocadas, parece que la situación juega a favor de esta relajación física y mental tan belleza pura. Sentirse bien es prioritario. Ojo, sin desmerecer un ápice el placer de verse bien. Veamos cómo manejar este equilibrio y nuestras expectativas, ese valor que se ha puesto en cuestión estos días.
¿Es razonable tener expectativas?, pregunto clavando mi insomne pupila marrón en tu pupila inyectada en sangre. Si en la vida ‘normal’ ya eran una fuente de frustración, ahora parecen directamente un lastre. Vayamos adaptándonos al día a día. Y, ¿qué es una ‘operación bikini’ que se construye en tiempos de crisis? Básicamente, un mimo constante.
La vida se ha vuelto muy sedentaria. Por mucho que hagamos ejercicio en casa, sustituir la actividad cotidiana es muy difícil. Además, en casa estamos lidiando muchas batallas y el tiempo es limitado.
Vamos a ser prácticas y más listas que el hambre.