“En lo más profundo del invierno, finalmente aprendí que dentro de mí se encuentra un verano invencible” (Albert Camus).
En otoño e invierno, es cosa sabida, los días se acortan. Recibimos menos luz y, como humildes plantitas de exterior, las pobres siempre más expuestas a las inclemencias, nos tornamos algo más mustias, lacias y desganadas. El estar inmersas en la rutina pura y dura tampoco ayuda. Pero ojo, siempre podemos poner en marcha algunas estrategias anti-depresión estacional. Estas son las mías, con el deseo de que te sirva alguna.