Alexander McQueen y su mítico diseño de calaveras decumple 10 años. Damien Hirst ha fusionado los dos universos en una colección de pañuelos
El artista mejor pagado de los últimos años, añadido que no sorprende, es también el más polémico. Simetría que comparte con Alexander McQueen, muy afín también al motivo de la calavera, al misterio áureo de los insectos y al caleidoscopio como prisma aceptable para contemplar la vida.
Suya es la última colaboración de moda que ha conmovido nuestro sentido estético.
El artista británico exhuma, esta vez, el alma de un diseñador. E insufla su espíritu en una colección de pañuelos de seda en los que vida y muerte danzan una estudiada coreografía. Para recordarnos, alegremente, que no hay final sin nuevo comienzo.