En estos alocados tiempos nuestros de tecnologías avanzadas, electrodomésticos más inteligentes que muchas personas, alimentos de síntesis y relaciones virtuales, no sorprende que la tendencia puntera sea… ¡la vuelta a lo natural!
La manzana fea y contrahecha gana paso a la lacada y llena de pesticidas. El cosmético que huele así asá pero no contiene parabenos es preferible a uno hasta arriba de químicos tóxicos. Manejamos con soltura conceptos como “sostenibilidad” y “comercio justo” y conocemos la importancia del reciclaje o de que no realicen tests en animales.
Pero, ¿son igual de eficaces los cosméticos orgánicos que los “tradicionales”?
Imagen: Angeles Fonolla (dcha.) y yo misma (izqda.) en la Casa del Embajador de Francia durante una presentación de Vichy.
¿La polémica de los parabenes en las cremas y productos cosméticos es un sinsentido o tiene base? Al parecer para los expertos en investigación y la U.E. o el organismo nacional competente no hay problema.
“Los parabenes son componentes muy utilizados en cosmética debido a su función conservante para preservar la fórmula y sus componentes. Son componentes permitidos por las autoridades sanitarias y biodegradables, pero a menudo son objeto de críticas y ataques mediáticos, marcados quizás por las modas, pero sin fundamento científico.” aclara Ángeles Fonolla-Moreno, Directora Internacional del Laboratorio de Investigación Vichy.
No sé si sabrás que la legislación cosmética es una de las más duras que existen junto a la de los alimentos. Y es la ley la única capaz de poner límites a las fórmulas cosméticas, Y por supuesto que existen sustancias prohibidas que no pasan el control y no llegan al mostrador de la perfumería. De todos modos a los parabenos, entre otras cosas se les acusa de producir cáncer, dermatitis alergica, atópica o cualquier otra variedad.