Claro que se pueden reducir los poros dilatados. Al menos su apariencia, porque los poros son los orificios de salida de las glándulas sudoríparas y de las unidades pilosebáceas. Y, por tanto, son necesarios.
Sin embargo, de todas las irregularidad de la piel, los poros dilatados nos preocupan a todos. En algunas personas son mucho más visibles, según nos explica la doctora Arantxa Arana, dermatóloga de la Clínica Dra. Pérez Sevilla y se debe a diversos factores. “En realidad, el tamaño de los poros está determinado fundamentalmente por la genética”. La buena noticia es que podemos luchar contra ellos y conseguir reducir los poros dilatados y que sean menos visibles.
La función de los poros es la de permitir la salida de los lípidos producidos por las glándulas sebáceas para lubricar la piel. La grasa que se produce y segrega en la piel contribuye a mantener la humedad y la barrera protectora de nuestra piel. Por ello, los poros no se pueden cerrar, pero sí es posible minimizar su aspecto.