Las molestias de la dermatitis atópica pueden originar desde picor a trastornos del sueño y repercutir en la calidad de vida.
“Dermatosis inflamatoria crónica y pruriginosa”, más conocida (no muy cariñosamente), como atopia o dermatitis atópica, es el evocador nombre que recibe esta enfermedad de la piel que puede afectar a bebés, niños y adultos causando notables intrusiones en su calidad de vida.
Por sus características la reconocerás: la dermatitis atópica se caracteriza por una gran sequedad en la piel acompañada de picor y brotes inflamatorios punteados por placas rojas. Se manifiesta en la infancia y, aunque es asequible al tratamiento, su remisión nunca es total.
Sin embargo, y como aspecto positivo de la vida moderna, hay que decir que algunos laboratorios, como el de Pierre Fabre, ofrecen unas cuantas soluciones calmantes anti-irritantes y anti-picor que alivian, y mucho, las desagradables consecuencias de esta enfermedad, como son los trastornos de sueño por los despertares del picor o los cuadros de ansiedad y depresión por el aspecto de las lesiones.
¿Vamos a la farmacia?