
Quemaduras, arrugas, manchas, envejecimiento prematuro, y en el peor de los casos, melanoma. Son algunas de las consecuencias más que negativas de la exposición al sol sin cuidado ni protección adecuada. Parece que las campañas de concienciación y la labor de los dermatólogos van consiguiendo su propósito y ya son muy pocos los que no acuden a playas y piscinas crema solar en mano.
Los excesos, siempre lo repetimos (y en casi todas las cosas), son malos. Pero también hay que tener cuidado con pasarse por defecto, porque ya se va extendiendo una nueva enfermedad, la tanofobia, la fotoprotección extrema y un miedo irracional al sol. Y aunque una exposición excesiva al sol es mala, el sol es necesario para la vida, es fuente de salud y de ánimo y es necesario para la producción de Vitamina D, imprescindible para metabolizar el calcio y evitar el raquitismo. Están comprobados los beneficios del sol en el tratamiento de problemas en la piel como la psoriasis. Demostrado está que en los países nórdicos, donde hay menos horas de luz y el sol casi no hace acto de presencia, es más alto el número de suicidios.
Todo en su justa medida, evitando exponerte al sol en las horas centrales del día y protegiendo tu cabeza, tus ojos, y por supuesto, tu piel. En el mercado, la oferta de fotoprotectores es enorme. Y hoy, para que por alternativas no sea, centramos la atención en los protectores solares bio de Sante y GreenPeople. Seguir leyendo…